Hace apenas una semana el Instituto Nacional de Estadística emitió su informe anual sobre la encuesta de las condiciones de vida de los españoles en el año 2015. Ojeando los resultados emitidos por esta institución, cuya credibilidad todavía está intacta, me voy a tomar la libertad de pedirles un pequeño esfuerzo, nada, una pequeña tarea. Me gustaría que durante unos instante recuerden a las diez personas más cercanas a ustedes; familiares, amigos o simplemente aquellas por las que sienta afinidad, simpatía o complicidad. Ahora en un pequeño ejercicio de fantasía o de realidad, según los casos, vamos a imaginar la siguiente situación. Que cuatro de las personas que tienes en lista no pueden afrontar los pagos extraordinarios de los impuestos y además tampoco pueden salir de vacaciones al menos durante una semana; además uno tiene dificultades para llegar a final de mes y suelen tener retrasos en los pagos habituales de tarjetas de crédito o hipotecas; y por último dos de ellos forman parte de ese grupo llamado «población en riesgo de pobreza». De todo su listado sólo tres de sus seres cercanos tienen unas condiciones de vida digamos normal para los tiempos que corren. Ya para finalizar esta pequeña actividad sigamos imaginando que usted puede pasar un par de horas con todos ellos, tomar un café y ponerse al día con la actualidad política, hablando de las próximas elecciones nacionales y de los candidatos.

¿Sabría decir qué pensarían sus amistades de Albert Rivera cuando se le ve por Venezuela en un arrebato incontrolado de preocupación y solidaridad por el pueblo venezolano, y a su vuelta a España nos presenta su video electoral nada constructivo y lleno de agresividad e improperios hacia sus contrincantes políticos? ¿Podría explicar qué pasará por la mente de sus conocidos cuando observan a Pedro Sánchez que, ahora sí, permite que el Partido Socialista Catalán se una a Ada Colau y a otros independentistas para gobernar en Cataluña, mientras no pierde ocasión para atacar y demonizar a Podemos culpándolos de su fracaso en la formación de gobierno y de todos los males que achacan al Partido Socialista? ¿Sería capaz de contar los sentimientos de sus allegados cuando siguen viendo el inmovilismo de Mariano Rajoy ante el goteo tedioso, cansino, aburrido y tristemente normalizado de la corrupción, mientras lanza a sus cachorros, jóvenes promesas a dar la cara, para que se la partan, por un partido que huele, ya no a tufillo, más bien que apesta a malas prácticas políticas? ¿Nos contaría cómo perciben sus conocidos a Pablo Iglesias ahora bajo Unidos Podemos, la fusión, el popurrí, de siglas que juro nunca aceptaría, mientras se aparta un poco de los focos mediáticos, a sabiendas que su exposición a los medios de comunicación siguen mostrando esa aptitud chulesca y prepotente que le es imposible controlar? Y para finalizar esta actividad, para relajarnos un poco y por qué no reírnos, ¿cómo cree que se han tomado las personas que forman su círculo de amistad que durante más de cuatro días nuestros aspirantes al gobierno hayan estado enzarzados, discutiendo, preocupados y molestando a la mismísima justicia para ver qué se hacía con unas banderas que unos aficionados pretendían llevar a un campo de fútbol?

Sería fantástico poder contrastar las opiniones y las conclusiones a las que han llegado. A las personas de mi lista ahora mismo les molesta el oportunismo de Ciudadanos y les importa muy poco lo que ocurre en Venezuela mientras que se preguntan por qué no visitar a los sirios, más cercanos y con situaciones más dramáticas. Piensan que los socialistas siguen instalados en el bipartidismo y que han perdido la oportunidad de gobernar por una cuestión nacionalista que ahora mismo con la que está cayendo podría esperar. Están hartos de la irresponsabilidad política del Partido Popular y que en un intento de mantener su estatus, culpan a los jueces de sus miserias. Y no perdonan al líder de Podemos su arrogancia que tiñe su discurso de gobierno con claros-oscuros que le restan fiabilidad. Huelga decir que comparto letra a letra la opinión de mi gente y yo sigo preguntando cuánto tiempo van a mirar hacia otro lado nuestros políticos, cuánto tiempo van a estar obviando la realidad española. Los datos del INE son demoledores. Detrás de cada cifra hay pobreza, hay miseria y hay dramas humanos reales, a los que ellos, nuestros candidatos siguen eludiendo, que no ignorando, ya que conocerlos los conocen.