Estimado don Eleuterio: Antes que nada, quiero felicitarle porque desde el domingo se ha autorizado la apertura del comercio en Maisonnave, con lo que tuvo compañía toda la jornada. Ya ve usted, el mismo día en que se publicaba mi anterior carta, en la que le comentaba que parecía que había nuevos interlocutores en el tema de cierre/apertura del comercio, alguien con mando en el ramo ha autorizado la apertura de un comercio que probablemente nunca se debería haber cerrado. Lo curioso es que según parece esta decisión no ha contentado a nadie; a lo mejor porque el debate sobre el cierre/apertura del comercio daba una apariencia de dedicación de nuestros ediles. Ya se sabe lo del bombero pirómano, primero se crea un problema y luego se procede a tratar de resolverlo.

Le comentaba en mi última carta la vuelta a la actualidad del tema catalán, que había quedado un poco olvidado en este periodo de tedio electoralista que hemos vivido mientras alguien pretendía gobernar con 133 escaños, en un país que con 176 diputados no resulta fácil. Hay que reconocer que Pedro Sánchez se lo ha currado, ha sido capaz de insultar personalmente a Rajoy, decir que nunca pactaría con el PP y sorprenderse que este partido no se abstuviese por patriotismo en el acto de investidura; asimismo, también todavía parece sorprendido de que Podemos no le apoyase en dicha investidura para hacer un «Gobierno de progreso». Supongo que alguien será capaz algún día de explicarnos lo que es un «gobierno de progreso».

Volviendo al tema catalán, el Fútbol Club Barcelona ha hecho doblete ganando la final de la Copa del Rey al Sevilla Fútbol Club, pero con la polémica a que nos tienen acostumbrado en los últimos años. Como usted sabe, la final de la Copa del Rey es la oportunidad que aprovechan algunos demócratas independentistas para insultar al Rey y al Himno Nacional. La polémica de este año arrancó cuando la delegada del Gobierno en Madrid filtra que no se van a admitir las banderas «esteladas» en el estadio Calderón, ante lo cual reaccionó el Molt Honorable Puigdemont hecho un basilisco y amenazando con no ir al partido; incluso un tal Tardá, insultador habitual, se pone más duro y dice que el FC Barcelona no debe jugar la final si no se permiten las «esteladas». Por fin un juez de lo contencioso solventó judicialmente el conflicto, recurriendo a eso tan socorrido como es la libertad de expresión. Al final, hubo partido, previa pitada al Himno Nacional y al Rey: ¡viva la libertad de expresión!

Como le comentaba, estamos otra vez en campaña electoral con lo que tenemos los informativos y las tertulias llenas de políticos. Es noticiable que Albert Rivera se vaya a Venezuela, aunque me temo que no lo van a dejar pasar del aeropuerto de Maiquetía.

También Pablo Manuel Iglesias sigue en campaña y dado que es el más mediático no deja de ser noticia, esta vez relacionada con el candidato impuesto en la provincia de Almería, que no es otro que José Julio Rodríguez Fernández, que fue general de división y jefe del Estado Mayor de Defensa de España (Jemad), durante más de tres años en el segundo Gobierno de Zapatero. Pues bien, cuando desde la cúpula de Podemos se decide que José Julio encabece la lista de Almería, sale a escena la coordinadora provincial de IU, Rosalía Martín, dirigiéndose a la coalición Unidos-Podemos, a través de la Cadena Ser, en los términos siguientes: «Nos molesta que nos traigan a un hombre de la guerra y de la OTAN», «Si quieren traer al mono Amedio que lo traigan, pero esto es una provocación».

El pasado domingo, en el diario La Opinión de Málaga, entrevistan al candidato Julio Rodríguez, que «define a la OTAN como una organización obsoleta porque está adaptada al escenario de la Segunda Guerra Mundial y que hay que renovarla. La alternativa es un sistema de defensa integral europeo. Esa es nuestra apuesta. Pero, mientras sigamos en la OTAN, al menos, queremos funcionar de una manera autónoma». Al preguntarle sobre cuál era su posición personal respecto a la Alianza Atlántica, cuando aún ocupaba el control de mando, responde: «Una cosa es mi posición personal, que era esa, y otra, la postura profesional a la que estaba sometido».

Ante estas declaraciones, don Eleuterio, se me ocurre pensar que, a lo mejor, habría sido más seguro para nuestras relaciones internacionales que Zapatero, en su día, hubiera nombrado al mono Amedio como Jemad. En fin, por hoy no le entretengo más, le seguiré informando de lo que ocurre en esta su ciudad. Saludos.