Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Demasiados catilinas

Es ilusorio esperar que los distintos partidos pacten una mayoría de gobierno si no pactan antes consigo mismos. No están cuantificados los restos del aznarismo en el PP, pero es muy clara la crítica a Mariano Rajoy por parte de José María Aznar, que fue quien lo ubicó en el mando. El presidente supernumerario tiene toda la razón cuando afirma que contraponer disciplina, reformas y crecimiento es un error grave en lo económico y lo polìtico. Y no dice nada exótico cuando insta al presidente en funciones a reducir el gasto público (no el gasto social, ojo). Rajoy, como quien oye llover. Ni Aznar es un genio ni es FAES el tanque de ideas del partido. La inacabable etapa electoral está aplazando la nueva exigencia de recortes por parte de la Comisiòn Europea y el multazo por incumplir la previsión de déficit. Pero Aznar no se muerde la lengua desde hace años. Si Rajoy fuese Cicerón, ya le hubiera recitado el «¿Quosque tandem, Catilina, abutere patientia nostra?». ¿Hasta cuando, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?

Tampoco Pedro Sánchez es Cicerón para atreverse a recoser la unidad del PSOE. Los barones del partido le recuerdan un día sí y otro también que está prejubilado si no mejora el 26J los resultados del 20D, advertencia que hace a los adversarios frotarse las manos con el sorpasso y demás cálculos vampíricos. El PSC pacta con Ada Colau en Barcelona, el PSPV se entrega en brazos de Mónica Oltra y abren las puertas de otros territorios a maniobras análogas. «Quosque tandem...?».

Íñigo Errejón contempla con angustia los abrazos llorones de Pablo Iglesias a Julio Anguita y el pacto electoral con IU que radicaliza el izquierdismo de Podemos y le resta encanto interclasista. Pero el número dos tampoco se atreve „por ahora„ a defender explícitamente los votos de derecha y de centro que confiaron el 20D en su opción omnibus. También encajó como pudo la coz autoritaria que el número uno propinó a su colaborador de máxima confianza. Con esto y las confluencias obsesionadas con la propia autonomìa y con el grupo propio en el Congreso, es difícil adivinar si la catilinaria errejónica estallará antes o después de las urnas. «Quosque tandem...?».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats