Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Desde mi terraza

Luis De Castro

Cabreados

Probablemente sería más fino decir «enfadados», y puede que más correcto; pero «cabreados» es mucho más contundente, y expresa mejor el estado de ánimo en que nos encontramos muchos ciudadanos españoles, y evita así el término «indignado» que a estas alturas significa otra cosa. El otro día, y en una sobremesa sosegada, un buen amigo se expresó así: «Los políticos nos están llamando tontos, nos están diciendo que hemos votado mal y nos castigan con nuevas elecciones, con el gasto que supone; lo que tenían que haber hecho es ponerse de acuerdo y no someternos de nuevo al suplicio de nuevas batallas televisivas para convencernos de lo que ya estamos convencidos, cada uno según sus intereses y criterio». Y no le faltaba razón a mi amigo, porque aquí todos y cada uno de los partidos ha ido a lo suyo, sin pensar mucho en el bien general. En caso contrario hoy ya tendríamos gobierno. Y mucho me temo que en un mes nos encontraremos en una situación muy parecida; unos cuantos miles de votantes que abandonaron al Partido Popular, también cabreados especialmente porque el Gobierno no derogó la Ley del Aborto y sobre todo por la corrupción que se ha ido extendiendo como una mancha de aceite, volverán al redil ante el avance de «los rojos» a los que temen como al diablo. Algunos socialistas que no vieron con buenos ojos el pacto del PSOE y Ciudadanos, se abstendrán o votarán en blanco. Y los más airados engrosarán las listas del reciente acuerdo entre Podemos e Izquierda Unida.

A pesar de ello me temo que los resultados serán más o menos parecidos a los del 20D, lo que obligará -esta vez sí- a llegar a un acuerdo que posibilite la formación de gobierno. Y muchos nos preguntaremos: «¿Por qué no lo hicieron antes?» Como ya no vale la pena lamentarse, lo único que podemos hacer es exigir que se aten bien los machos y, sobre todo, que nos adelanten con quién o quienes pactarán en caso de ser necesario. Pero se impone salir de inmediato de esta situación. Todo ello referido a la situación nacional que es lo que más nos preocupa a todos. Pero junto a nuestra preocupación sobre el gobierno de la nación, no podemos (ni debemos) estar ajenos a la marcha de los gobiernos municipales y autonómicos que, esta vez sí, lograron ponerse de acuerdo para formar las respetivas corporaciones. Con las pegas o matizaciones que queramos ponerle al gobierno de la Generalitat, es constatable que va hacia adelante, y el mal ejemplo de la lamentable y extendida corrupción del anterior gobierno valenciano les obliga a tener una actitud absolutamente escrupulosa y limpia, y sin el menor descuido. Otra cosa es nuestro querido y maltratado Ayuntamiento, que no termina de encontrar la estabilidad necesaria cuando ya hace casi un año que empezó la andadura de la actual corporación. Nadie dijo que fuera fácil caminar en un gobierno formado por tres formaciones políticas que, aunque escoradas a la izquierda, adolecen de los clásicos vicios de personalismo y soberbia; y quienes pensaban (pensábamos) que el tener que ponerse de acuerdo en los temas, por distintas que fueran las posturas, redundaría en beneficio de la ciudad -siempre es mejor la búsqueda de consenso que el «ordeno y mando»- no querríamos reconocer que nos equivocábamos.

Del mantenimiento de posturas distintas a la paralización de la vida municipal, como está sucediendo, media un abismo. Y esto se tiene que arreglar de inmediato, y no esperar a que falte un año para las nuevas elecciones municipales, cuando vuelvan a propugnar la unión de las tres fuerzas en beneficio de Alicante: ! Háganlo ahora! Todo ello lleva al desánimo, y a que al ciudadano de a pie le preocupe más la liga de futbol, la Champions league y el «sursum corda» que lo que pasa en la vida municipal. Y no es eso, señores, no es eso.

La Perla. ... «No dejes que nada te desanime, porque hasta una patada en el culo te empuja hacia adelante» (Popular)

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats