El MUA expone una serie de carteles y fotografías de algunos de los largometrajes más famosos, algunos de ellos rodados en los escenarios naturales de esta provincia: Agost, El Campello, Elche, Alicante? Imágenes de citas tan importantes como el festival de cine de l'Alfás del Pi. Una pequeña historia del cine en Alicante en la que nos sorprenden las fotos y los planos arquitectónicos de los cines más importantes de la ciudad: el Monumental, el Capitol, el Ideal y el cine Avenida, todos desaparecidos, excepto el Ideal que es el único cuyo edificio aún se respeta, aunque no se tiene ni idea de lo que se podría hacer con él, quién sabe, a lo peor, a la espera de su derribo. Se puede ver en los planos del cine Monumental que era uno de los escenarios más grandes que ha tenido Alicante, un edificio que por sus características hoy podría ser considerado una referencia cultural de la ciudad. En el centro neurálgico de la ciudad, al lado del mercado central, en la avenida principal, era y seguiría siendo un reclamo turístico, cuya imagen sorprendería a cualquier visitante, dando una imagen histórica potente a la ciudad. Pero hoy nos encontramos con una arquitectura de lo más vulgar en su lugar. Algo parecido ocurrió con la sala Capitol que, en frente del Monumental, poseía unas características singulares, de una gran sobriedad, con una torre muy peculiar, elementos que lo identificaban con una arquitectura de principios de siglo de la que existen muy pocos testimonios en España. Todas estas salas eran teatros cines que se utilizaban para todo tipo de representaciones, ceremonias y fiestas. El Avenida, cuya antigua fachada modernista fue recompuesta en los sesenta, ocultaba en su interior un espacio de grandes dimensiones y ambiente exquisito. Fue también destruido para crear el bodrio de edificio que hoy tenemos en su lugar, cuya trasera es una simple fachada de ladrillos?
Esta es nuestra historia, demolemos el pasado sin una alternativa mejor. Solo nos quedan algunos testimonios gracias al interés por la cultura de personas como Paco Huesca, quien ha recopilado durante años este material y lo ha donado a las instituciones. A ver qué hacen con este patrimonio, al menos esperamos que les sirva para reflexionar, que no solo sea un legado que ocupe un espacio sin saber qué hacer con ello. Si el cine ha sido y es el motor de una industria cultural que ha configurado la fisonomía de nuestras ciudades y sus costumbres, el ocio de nuestra sociedad, esto debería reflejarse en una respuesta por parte de las instituciones culturales, en centros de investigación, en sus programaciones culturales. La cultura se hace analizándola y promoviendo la creación, con receptores activos, no solo consumidores pasivos. ¡Viva el cine!
