La no emisión en HD de las Semifinales de Eurovisión en HD ha despertado las iras de los eurofans. Que con su furia han hecho saltar la liebre acerca de un problema que se estanca en el tiempo y para el que una Corporación como RTVE debería haber encontrado soluciones hace mucho tiempo. Hace un año por estas fechas se hablaba de cancelar el canal Teledeporte para ahorrar en frecuencias. Porque todos los canales ocupan espacio, y los que van en Alta Definición todavía más. En aquellos momentos los fieles seguidores de La 2 soñamos con que estaba cerca la llegada de la máxima calidad de imagen a nuestro canal de cabecera. Pero fue una entelequia. TDP continuó en HD, y hasta hoy.
Por supuesto que las retransmisiones deportivas que llegan en este formato son un gozo para la vista. Muchas veces no tanto por el evento en sí, sino por la apabullante calidad con que se nos ofrece, impensable en tiempos no tan lejanos. Pero lo que no tiene sentido es que desde la televisión pública se nos esté negando el derecho a presenciar documentales y programas de gran calidad y altísimo nivel artístico en el formato para el que fueron creados.
Concretando, que Imprescincibles, como el de Joan Brossa, una de las joyas televisivas del año en curso; que las entregas de En portada y Crónicas, exquisitas también en lo formal o que un informativo como La 2 Noticias, a la vanguardia de las nuevas tecnologías audiovisuales, no se puedan ver en HD es una broma de muy mal gusto de la que ya comenzamos a cansarnos.
Lo de las Semifinales de Eurovisión con imagen pixelada, recibida a la manera en que nos llegaba la televisión ochentera, fue una un despropósito. Bastó compararlas con la señal de la final en La 1 para comprender el alcance del disparate. Que sirva de escarmiento.
