Estamos en plena campaña de la Renta. La Conferencia Episcopal Española pide a los católicos españoles su colaboración al sostenimiento económico de la Iglesia, a través de la Declaración de la Renta. En la última campaña de la Renta marcó la X de la Iglesia algo más del 35% de los contribuyentes. Ante los gastos actuales de la Iglesia, es una buena cantidad, pero insuficiente. Hace falta que muchos más contribuyentes pongan la X correspondiente a la Iglesia, porque la asistencia religiosa, social y económica de la Iglesia a los necesitados es mucho mayor. La solución no está en aumentar las colectas para distintos fines. Esto no es suficiente. La contribución a través de la Renta, se ha demostrado necesaria para atender correctamente las necesidades perentorias, que la Iglesia atiende. Es cierto que poner en marcha un gran portal de donativos, donde cualquier fiel puede hacer una donación puntual o periódica a su parroquia, puede resolver un problema puntual de una zona determinada. Pero es mucho más segura la colaboración a través de la X de la Declaración de la Renta. Es cierto que esta forma de financiación no es un privilegio sino que tiene carácter de ley orgánica, aprobada por una mayoría aplastante del Congreso de Diputados. Tiene la ventaja de obligar no solo a creyentes y católicos sino a todo ciudadano, que contribuya al bien nacional. Por eso , hay que apoyar esta norma y convencer a todos los ciudadanos a que contribuyan, con su aportación, al bien general de todos, los creyentes y los no creyentes.