Lo que es innegable es, sin duda, que el arte y la estética que lo rodean está de moda. Desde hace unos años la cuestión de la belleza está siendo parte de la vida cotidiana en todos los niveles, desde el enchufe de casa hasta la cáscara de una nuez y el manido «packaging» hasta en el papelote de las hamburguesas de McDonalds, los colores, el equilibrio, el diálogo con lo bello es una necesidad vital de todo el que se precie. Mi hijo y sus «coleguis» ya no son conscientes siquiera de lo artístico que es su iPhone o el Galaxy de turno, y no digamos esos casquitos de Energy hechos en la «terreta» para el resto del globo. Así hasta disfrutar de la fusión con incluso los coches más chulos del mercado. Esta misma semana se presentó también en Alicante (después de que se hiciese hace algunos días en Valencia) el nuevo Porsche con un gran fondo, el mejor Warhol posible como «trampantojo» de lujo para soñar... y seguir soñando con esa carretera jalonada por las ruedas de un 718 deportivo de los de James Bond y todo glamour... qué decir de la contribución de interioristas y decoradores creando sitios donde se respira belleza a raudales hasta en un mantelito... sigo fascinada con el Terre cada vez que veo ese cubo de iluminación años cincuenta que respira aire milanés y cosmpolita por todos los ángulos del local de los «Murri gourmet boys». Pepe Calvo decía este viernes en Madrid, tras estar seleccionado como uno de los grandes para la Casa Encendida en la exposición proyecto «Animalista» del comisario Rafael Doctor, que cuando se sumerge en su atmósfera se transporta como en un sueño de Tim Burton a lo mejor de Milán, Nueva York o cualquier sitio del planeta más fashion de este curioso siglo XXI. Como cada vez que nos embarcamos en una de esas «locuras» creativas con gente tan fantástica como el. Este Hünter Art Magazine es lo mas genial y maravilloso que me he topado en mi vida profesional en la cultura (que aunque algunas malas lenguas se raspen y se envenenen cuando se muerden seguro) no ha sido cualquier cosa... no. Así nos hemos sentido entrando en el fantástico mundo de Cristina Iturrioz, en un estudio madrileño que nos hizo soñar. Subidos hasta en un caballo que la artista madrileña tiene en medio de esa fábrica hangar de surrealistas huevos y coloristas acetatos y acrílicos enormes, nos lo pasamos «pipa» haciendo fotos, montando escenas y pensando en cuantas cosas nos perdemos en nuestro Alicante del alma, donde un MACA y cuatro calles concentran junto a las Cigarreras un triángulo de arte, cultura, movida en general que no sabemos apreciar en condiciones y que, por desgracia, es más visitada por todos los «guiris» de la provincia y alrededores que por los foráneos. Esos que tanto protestan pero que luego se quedan en casa cuando se hacen conferencias, tertulias, foros y ciclos. Se echa de menos esa agitación que en los locos ochenta del pasado siglo (jopé cómo suena de antiguo...) movía desde Alcoy hasta Elche, Orihuela, Alicante, Dénia, Xàbia... en un maremágnum de ganas de crear y crear... Ojalá se crearan en mi tierra levantina iniciativas como la que ha tenido lugar en el Mercado de la Cebada en Madrid, en la Latina, donde artistas, djs, músicos, performance, puestos de comida gourmet urbanita, entre vinos y fotografías, ropa de diseño alternativa, reventa de objetos antiguos, puestos vintage y mucho buen rollo, se dieron cita durante tres días seguidos en este puente de mayo precioso de la capital. Al menos, eso sí, «San Chimo Puig» nos ha devuelto la alegría de no parecer el antiguo Oeste de Clint Eastwood en Sin Perdón pero a la aldeana, más que nada por las bolas de polvo y ramitas que ya corrían por las aceras en domingo por las calles de la ciudad. Con suerte incluso conseguimos sobrevivir. Feliz domingo.