Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un voto, un bobo

Ustedes sabrán perdonarme el modo de titular este opúsculo pero cuando la indignación sobrepasa las lindes de lo razonable, uno, es de creer, tiene cien años de perdón. De pronto, uno se para ante el lamentable espectáculo patrio, toma resuello y dice por lo bajo: «Quieto todo el mundo. Que no se mueva nadie. ¿Voy o vengo?» ¿Qué está pasando? ¿Somos nosotros los imbéciles de nación o son ellos, los prebostes, los arúspices, los leviatanes de la chalina y el coche oficial los tontos de baba?

Hace casi seis meses que nos llamaron a las urnas por enésima vez desde que empezó el cotarro éste de la democracia enjuta, falsa y tuercebotas. En esta ocasión no hubo un ganador claro (porque las elecciones se ganan de chiripa o por enajenación de la parroquia, pero se ganan, como los concursos de la telemierda), ninguna mayoría relativa, ni absoluta, ni sesgada, ni tangencial. El pueblo, de pronto, dejó de creer en el sota, caballo y rey del mamón bipartidismo y empezó a plantearse abrir la ventana y ventilar un poco. Y fue un cataclismo. Cundieron los nervios. Los apoltronados de toda la vida se lo hacían por la pierna. A los de nuevo cuño no les llegaba la camisa al cuello. Y empezaron las negociaciones, los shows televisivos, los cameos y los postureos, las sodomizaciones y los insultos y los despropósitos y los chascarrillos, y los ridículos tan espantosos que hasta el lomo del torito de Osborne se erizaba de vergüenza ajena. A unos, la millonada de votos les pilló con el pie cambiado por nuevos, lampiños e indocumentados. A los otros, por viejos, zorrastrones, aculados y arrogantes la falta de ellos. Y así, el gallinero político devino en explosión de plumas, cacareos, deposiciones acuosas, hostias como panes e insultos a peto de jarro. Ejemplar. Estas gallinas cluecas luchan a goyescos garrotazos por gobernarnos. Y nosotros, como mansos polluelos, les votaremos. Somos demócratas. Y pasa la pantomima y ponemos cara de papamoscas ante el último embuste, el penúltimo embeleco, la antepenúltima tomadura de pelo. Que Dios nos conserve la inocencia mucho tiempo. Quiero llamarlo inocencia y aún inconsciencia porque lo siguiente ya sería pura y dura necedad. Un voto, un bobo.

Una vez capan al galgo, dice el aforismo, pero a nosotros, al pueblo, a los ciudadanos, ya nos han metido el escalpelo hasta la próstata. Han tenido seis meses para ponerse de acuerdo en algo tan simple como evitar, que es su obligación, la tristísima escena que me fue dada ver el otro día. Bajé la basura. La noche era un cocedero de la nada. Un perro gañía y un gato buscaba acomodo bajo un coche. Un hombre estaba comiendo directamente del contenedor. Estuve en un tris de pedirle perdón por pertenecer a la raza humana.

En junio vuelven a cocer habas. En junio volveremos a meternos en los chiqueros de las urnas. En junio volveremos a jugar a que somos crédulos, a que el sistema funciona, a que los prebostes son beneméritas almas que velan por nuestro bienestar, que darán un curro a mi vecino, que es el vecino de todos, para que no tenga que comer mierda de la basura. En junio volveremos a ser un bobo con un voto.

Voy a acabar este artículo como lo empecé; pidiendo humilde perdón de antemano al paciente lector por el exabrupto que pienso colar de rondón después de mucho meditarlo. No soy hombre vulgar, ni suelo pecar de soez, ni de ligereza en el mentar, ni me vanaglorio de maneras del arrabal, pero la circunstancia obliga y el desahogo en tiempos de apreturas, es bueno para el bazo, el espinazo, las glándulas sudoríparas y ayuda en gran manera a la disolución del incordio anal. Allá va:

Estimado político que velas por mi bienestar y que me consta que estás en un «ay» por evitar circunstancias como la que describo más arriba. Querido candidato que me miras desde un pasquín, al lado de un bonito eslogan, con cara de querube y sonrisa profidén. Admirado y bienintencionado futuro presidente, vicepresidente, ministro de no sé qué: Te va a votar tu puta madre.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats