Uno de cada diez españoles «ha recibido personalmente algún tipo de préstamo o ayuda económica de un familiar». En realidad, aunque no lo reconozcan, han sido más: uno de cada seis (17,5%) españoles «ha prestado algún tipo de ayuda económica o realizado un préstamo a un familiar» una o varias veces en los últimos doce meses. Por otra parte el 29,5% tiene alguna hipoteca, y uno de cada diez recibe algún tipo de ayuda de alguna Administración Pública (becas escolares, ayuda al alquiler, ayuda por el cuidado de personas dependientes, ayuda por hijos/as menores a cargo, etcétera). Estos datos figuran en la encuesta postelectoral de las Elecciones Generales de 2015, 2ª fase, que esta semana ha publicado el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas). No, no me he equivocado. El CIS hizo una primera fase en los meses previos a las generales, con más de diecisiete mil entrevistas; y en los tres meses posteriores una 2ª fase en la que entrevista a más de seis mil personas -de 18 y más años- de las que ya entrevistó en la primera para recoger su impresión sobre la campaña y los resultados de las elecciones. De eso han estado informando estos días los medios. Más de una tercera parte de las setenta y cinco preguntas se refieren a datos socioeconómicos y personales de los entrevistados, como el margen de error es muy bajo (+/- 1,3%) el resultado es representativo de la sociedad española. Vamos, que los hipotecados están entre el 28,2% y el 30,7% de los residentes.

¿Qué tiene que ver esa información con los sondeos electorales? Es sencillo: uno de cada cuatro electores dudaba entre dos partidos. Por ejemplo, el 16,9% entre votar al PP o a C's, es importante saber quiénes son los que dudan: jóvenes o mayores, rentas altas o bajas, hipotecados o no, etcétera, para orientar la campaña. Son las tablas de «cruces» de variables en las que se puede ver qué tipo de elector tiene dudas o vota a este o a aquel partido. Estas tablas no están en el avance que ha hecho público el CIS, como tampoco está el cuadro con la distribución provincial del muestreo. Las dos cosas son importantes para calcular los escaños por provincia, planificar la campaña y conocer la intención y estimación de voto que el CIS debe publicar esta primera semana de mayo.

Esta es una sociedad vulnerable, decía, y la pregunta (P-62 en la encuesta del CIS) lo pone especialmente de manifiesto: ¿le ha ocurrido a usted o a alguna persona que conviva con usted alguna de las siguientes situaciones a lo largo de los últimos cuatro años? El 35,3% ha perdido su trabajo (independientemente de si ha vuelto a encontrar otro o no) y el 39,8% ha visto congelado o recortado su salario (sin cambiar la dedicación en horas de trabajo). Trabaja el 42,6% de los encuestados, de los que el 17,3 por ciento trabaja a tiempo parcial (P-63). Y de los que tienen trabajo el 14 por ciento piensa que es muy o bastante probable (P-63b) que pierda el empleo en los próximos doce meses. Como constata la siguiente pregunta (P-63c) dirigida al 18,2% de los parados, el 31,6% lleva más de tres años en el paro, y uno de cada cuatro entre 1 y 3 años. De estos mismos encuestados (P-63d) el 24,2% cobra el paro, y un 17,2% el subsidio familiar o los 426 ? de la renta de inserción; más de la mitad no cobra nada. Vulnerables, bordeando la exclusión y por debajo del umbral de pobreza.

Las personas que aportan más dinero al hogar -el 56,9%- son asalariados fijos y un 23,9%, uno de cada tres asalariados, son eventuales o interinos; hay un 13,4 de autónomos y un 4,4 de empresarios con asalariados. Los ingresos totales por unidad familiar en el 6,7 por ciento está por debajo de 600 ? y otro 23% de los hogares vive con menos de 1.200 ?; en el otro extremo el 1,4 por ciento de las familias ingresa más de 4.500 ? al mes. Individualmente, uno de cada tres españoles tiene unos ingresos personales netos inferiores a 600 ? -el 18,3% no tiene ningún ingreso-. Por encima de 4.500 ? al mes está el 0,2% de los mayores de 18 años. Pues a pesar de todo, el 94% se considera feliz y se sitúa por encima de 5, en una escala de 0 a 10 y con una media de 7,2. Estoicismo puro y duro.