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Tomás Mayoral

La perversión del lenguaje

Soy uno de esos hombres a los que se le cortaron de raíz las tonterías adolescentes sobre la ambigüedad femenina al ver aquella escena de 'Thelma y Louise' en la que Susan Sarandon-Louise, justo antes de disparar contra un tipo que había intentado violar a su amiga Geena Davis-Thelma, afirma: "Cuando una mujer dice no, es que no". En realidad, Louise no decía eso en el guión original, pero el sentido de la frase en inglés era el mismo. En el mundo masculino, la volubilidad femenina que se revelaba en el famoso aria de Rigoletto, 'la donna e mobile', ha dado para mucho. Tal vez para demasiado. Un twittero consiguió superar los 36.000 retweets con la reconstrucción de la lapidaria frase anterior: "Cuando la mujer dice que no, es que no, salvo que sea que sí pero diga que no por no decir sí para que sea sí aunque no lo diga, y diga no". Más o menos igual que "ellas no saben leer un mapa" o que "ellos son incapaces de hacer dos cosas al mismo tiempo". LOL, que en argot digital quiere decir: "Aquí, unas risas".

Pero la chanza de taberna no había llegado nunca a tomar 'corpus legal'. Hasta ahora. Ayer conocimos por este periódico una sentencia de la Audiencia de Alicante en la que se absuelve a un joven de violación porque la víctima y el agresor, ambos de Bigastro, practicaban habitualmente relaciones de tipo sadomasoquista. Y ya se sabe que en este ámbito el juego, peligroso juego, está en que la sumisa es un ser que no sabe muy bien lo que quiere, por lo que su opinión, aunque cambie, queda a merced de lo que el sabio dominante decida interpretar de las balbuceantes afirmaciones de su tutelada. Dios me libre de pontificar en lo jurídico. Yo soy más de Carl Warren que del Arazandi. Pero que la libertad de un individuo, y su capacidad de cambiar de opinión las veces que le venga en gana sobre quién manipula su cuerpo, se vea limitada por sus tendencias sexuales suena, con perdón, a salpicar fuera de la taza.

Tengo dicho en muchos sitios que '50 sombras de Grey' ha hecho mucho daño. Tanto como placer debe haber proporcionado. No me tomen por un puritano pero creo que ciertas lecturas requieren de un contexto. Nadie lee 'Justine o los infortunios de la virtud' o 'Historia de O' como vería un episodio de Bob Esponja. Y, sin embargo, hasta Patricio, el amigo menos listo de Bob, sabe que un no es solo un no.

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