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Mariola Sabuco

Corriendo riesgos

El proyecto de instalar más de un centenar de cámaras en las calles de Alicante para controlar matrículas, vehículos y conductores me atemoriza. No cuestiono que se sancione al conductor que circula sin que su vehículo haya pasado la ITV o al que carece de seguro ante un accidente. Hay unas reglas de juego y quien no quiera que se le multe, que no las infrinja. Pero, del mismo modo, existe una Ley de Protección de Datos, con multas millonarias, y tengo serias dudas de que pueda ser compatible con la intención del Ayuntamiento alicantino de facilitar la información que obtenga de las matrículas, los conductores, los seguros, el lugar de origen, etc., libremente a quien se lo solicite. El Big Data (la gestión de datos) es evidente que se trata de un gran negocio, y por ello una profesión de futuro, pero exige de una gran responsabilidad para que no se viole la intimidad de las personas y no haya un mal uso al estilo del infierno que vivió Will Smith en la película Enemigo Público. La ficción fantástica de control tecnológico de la sociedad que imaginaron en sus libros Aldous Huxley, Isaac Asimov y George Orwell parece ya una realidad. Lo que no podíamos ni remotamente suponer es que correríamos el riesgo de vivirlo en Alicante.

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