El jueves veintisiete de abril falleció en Alicante don Juan Antonio Viedma Castaño.

He de remontarme a septiembre de 1976, corrían años de esperanza e ilusión en España; esperanza e ilusión con las que yo comenzaba mi carrera de Ciencias Empresariales.

Al abrirse la puerta del aula, apareció una figura elegantemente vestida. Aquellas chaquetas y corbatas, siempre en estilos y tonalidades clásicas, no abandonarían a nuestro profesor en una sola de las clases que impartió.

Peculiar era también su figura, plasmada en su habilidad para manejar la tiza sobre el negro encerado.

Resuena en mis oídos su gracejo andaluz, acento baezano, mezclado con matices iberoamericanos.

A mano tomábamos los apuntes, problemas, fórmulas y sus desarrollos; si bien desde reprografía nos suministraban también un excelente material didáctico brillantemente elaborado.

Como maestro, desgranaba anécdotas y humanistas enseñanzas, que sabía intercalar convenientemente con aquellas arduas materias de Matemática Moderna, y en posteriores años, de Estadística.

Nuestro primer curso de carrera era selectivo, y no pocos compañeros y compañeras tuvieron que invertir seis años en lo que para cinco había sido programado. A causa de las temidas matemáticas de primero. Como si de Academia del Ejército del aire o de la marina fuera, el trato que daba a sus alumnos era de usted; siendo no obstante persona muy próxima, dispuesta a despejar en su despacho cuantas dudas pudiéramos plantearle.

«Lo abstracto es vacío sin lo concreto». Esta frase encierra su docente celo por convertir en fácil lo difícil, en concreto lo abstracto, para mejor comprensión del alumno. Así, ya en 1954, escribía artículos en la Revista de Educación, con títulos como el que sigue, Ideas Generales acerca de la Didáctica de la Matemática Elemental.

Don Juan Antonio Viedma llegó a Alicante en 1965 con su familia, en compañía de su inseparable amigo y compañero profesional, don Eliseo Fernández Centeno, para formar parte del brillante cuadro de profesores elegidos por don Enrique Barreneche y poner así en marcha la ESCE (Escuela Superior de Ciencias Empresariales) integrada en el CESA (Centro de Estudios Superiores de Alicante). Con don Eliseo había partido años antes desde Madrid, para ejercer sus respectivas cátedras en la Universidad de Antioquía, en Medellín (Colombia). Don Eliseo en las disciplinas de Contabilidad y Economía.

En 1972, don Juan Antonio Viedma, tras veinte años como profesor de Matemáticas, Estadística e Investigación Operativa en Medellín y Alicante, publicó su manual Exposición intuitiva y problemas resueltos de Métodos Estadísticos. Fundamentos y Aplicaciones. La esencia de su pedagogía queda plasmada en el siguiente párrafo: «Cuando se procede de este modo, la mente se va enriqueciendo con un conjunto de experiencias que la persona va estructurando de forma intuitiva y que son las que permiten la comprensión real y profunda de las teorías abstractas y el manejo consciente de las técnicas».

En 1976 publicó un nuevo manual, Bioestadística-Método Estadístico en Medicina y Biología, como herramienta en el manejo práctico de la estadística, para los estudiantes de estas dos disciplinas.

Cuando en 1982 la Compañía de Jesús decidió cerrar la ESCE, algunos de nuestros profesores pasaron a la Universidad de Alicante. Entre ellos, don Juan Antonio Viedma. También don Eliseo Fernández, don José María Tortosa y mister Bryn Moody.

Don Juan Antonio Viedma formó parte en 1984 del Consejo de Honor del Instituto Juan Gil Albert, bajo la presidencia de don José María Tortosa, su primer presidente.

El funeral de don Juan Antonio Viedma fue concelebrado por nuestro también profesor, el Padre Jesuita don Manuel Ferrer. Don Manuel fue profesor de don Enrique Barreneche en la primera promoción de la ESTE (Escuela Superior de Técnicos de Empresa) en Deusto.

El 18 de enero de 1990, organizamos desde ALCE, Asociación de Licenciados en Ciencias Empresariales por la ESCE, una cena homenaje a don Juan Antonio Viedma con motivo de su jubilación.

Escribo estas sentidas palabras desde mi balcón al Mediterráneo, atisbando la orilla que tanto agradaba recorrer don Juan Antonio Viedma en compañía de su inseparable esposa, ella me comentó en el tanatorio, que en sus últimos días, el profesor Viedma impartía clases de Matemáticas y Estadística, convirtiendo virtualmente las dependencias de su casa, en las que en su día fueran sus aulas en Baeza, Madrid, Medellín y Alicante.

Con su partida han quedado huérfanos el teorema de Bayes; las distribuciones de Poisson, de Gauss, de Pearson, de Student y de Fisher-Snédecor. La media y la varianza?

Para siempre guardaré en mi memoria su discreción, educación, elegancia, humanismo, pedagogía, rigor y sapiencia.

Descanse en paz nuestro profesor y Maestro -así con mayúscula- don Juan Antonio Viedma Castaño.