El que aguanta gana. Esta parece ser la filosofía o mejor la gramática parda de Mariano Rajoy el presidente del gobierno en -más- funciones. La gramática parda dicen los de la Academia que es la «habilidad para conducirse en la vida y para salir a salvo o con ventaja de situaciones comprometidas». Quizá va incluido en el ADN de los gallegos, porque no está en las titulaciones de ninguna universidad conocida; ni siquiera en el temario de las oposiciones a registrador. Seguramente no se estudia mas que en la universidad de la vida. Supongo que la graduación la obtuvo cuando Aznar le designó heredero: había aguantado años de «chapapote» y guerra de Irak, sin pestañear. Al otro candidato, Rato, no le había gustado la foto de las Azores y se le notó. La licenciatura la obtuvo tras la segunda derrota en las generales ante Zapatero: todo el aznarismo, con Esperanza Aguirre a la cabeza, trató sin éxito de relevarlo.

La no nominación para la presidencia, como correspondería al líder del partido más votado; debatir sobre el programa pactado por los minoritarios -PSOE y C´s- sin que se discuta la gestión; y calificar de «sectario de colosales proporciones» a quienes pretendían modificar las «buenas medidas» buenas que tomó durante su mandato, todo eso merece un «cum laude» en el doctorado en gramática parda. El vencedor en la décimo primera legislatura, del 20 de diciembre pasado al 2 de mayo próximo, ha sido indudablemente Mariano Rajoy. En el juego de tronos palaciego de San Jerónimo quien ha dominado los tiempos, el regate corto, y los pasillos ha sido él. Eso también es política, aunque sea con minúsculas.

Se ha comparado con un espectáculo televisivo o teatral, probablemente por la puesta en escena de Pablo Iglesias; y quizá por la de veces que «tiende la mano» cuando declama tras el atril. Aunque con cámaras no era un estudio, ni un escenario, sino un espectáculo taurino, a veces cómico, pero taurino. Quizá por eso los catalanistas tenían poco que hacer, antitaurinos ellos. Quien mejor leyó la situación volvió a ser Rajoy que asumió para sí el papel de Don Tancredo. Debe ser una de las troncales en gramática parda. Inmóvil, impertérrito, imperturbable. Pedro Sánchez se lanzó al hemiruedo empeñado en tomar la alternativa, acompañado de Rivera, con el aplauso Ciudadano, pero sin encontrar a nadie dispuesto a pasarle los trastos. Iglesias no se cortó la coleta, aunque se puso moños uno detrás de otro: el de vicepresidente vale, pero de padrino ni para jubilar a Rajoy. El que aguanta gana. Una moderna forma de ejercer el liderazgo, o tan antigua que no la enseñan ni en las bussines school.

Mercosur, el mercado común latinoamericano, socio comercial y destino de gran parte de nuestras inversiones va a empezar a negociar un tratado comercial con la UE, y mientras Hollande amenaza con vetar las negociaciones el gobierno permanece impávido, en silencio. El mismo protagonismo hierático que cuando EE UU empezó el desembarco comercial e inversor en Cuba, nos pilló de Don Tancredo y así seguimos. Obama aplaza la visita a España; y tampoco asistimos a la reunión que mantuvo con Merkel, Hollande, Cameron y Mateo Renzi; total sólo iban a hablar del TTIP (Tratado Transatlántico Comercial y de Inversión, EE UU - UE). Ni los morlacos exteriores, ni los miuras y victorinos han movido al presidente de su pedestal. Hay 436.000 causas penales que van a prescribir porque no se consideran complejas y cumplen los seis meses de instrucción, es una amnistía penal encubierta y lo vamos a ver. La central nuclear de Garoña se va a encontrar con una prórroga de licencia por varios lustros. Cataluña está como estaba. Y la seguridad social con la hucha esquilmada. Y ni en esos, ni en otros temas el Gobierno en funciones ha querido rendir cuentas al Parlamento. De charlotada ha calificado Rafael Hernando el espectáculo.

Los datos de ocupación de la EPA son mejores que los del año anterior; pero siguen siendo peores -cuatrocientos mil ocupados menos- que los de comienzo de la legislatura. Y los parados son ciento cincuenta mil menos que en el primer trimestre de 2011, pero porque -y a pesar de que- hay medio millón menos de activos. El número de familias en riesgo de exclusión sigue aumentando. «¡Más cornás da el hambre!», dijo «El Espartero», el dontancredismo era un lujo para él y para las familias sin un sueldo. Y para España.