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Marc Llorente

Feligreses de Arturo

Intervenga en una u otra obra, Arturo Fernández es el mismo de siempre

Enfrentados

Aula de Cultura de Alicante

De Bill C. Davis.

Compañía de Arturo Fernández.

Intervenga en una u otra obra, Arturo Fernández es el mismo de siempre. El galán de los líos mantiene su sello aunque lleve clériman en Enfrentados, pieza que pueden ver en la nueva etapa del Aula de Cultura de Alicante. Cualquiera debe aplaudir el mérito enorme de que continúe como si el tiempo no hubiese pasado casi. La magia teatral es uno de los oxígenos de Arturo Fernández y por eso sigue con su propia compañía, algo inusual en el paisaje artístico desde finales de los años 70. Ese primer actor que además dirige las obras que interpreta en torno a su carismática figura.

Aquí solo hay dos actores. El más joven es Bruno Ciordia, y entre ambos anda el juego en este conflicto de caracteres. Un choque verbal que enfrenta al sacerdote de una parroquia de clase alta y al impulsivo seminarista. La obra del estadounidense Bill C. Davis se estrenó en el Broadway de los 80, se ha representado en medio mundo y ha obtenido varios galardones. Ahí continúa latiendo el choque de ideas que desfilan. Unas, las del párroco, se encuadran en el ámbito de los postulados tradicionales. Las otras generan controversia religiosa y social. Los temas de la homosexualidad, la riqueza de la Iglesia o de algunos parroquianos en contraste con la pobreza predicada por Jesús, o el uso del preservativo y el sacerdocio de la mujer.

Arturo Fernández convierte los textos en irónicos trajes a su medida con su propia cosecha. Él no es el autor pero juega a serlo con sus habituales expresiones y la buena participación, en este caso, del sólido Bruno Ciordia. Vean al protagonista en el púlpito, dirigiéndose a los parroquianos. Comedia, drama, alusiones a la actualidad? El viejo cura tiene una cierta transformación, confiesa el miedo a lo diferente y cree en la necesidad de algunos cambios. Arturo Fernández seduce y se recrea durante más de dos horas. La acción avanza despacio aunque parezca que se congela. Cuestiones políticas aparte, el rey Arturo sigue siendo el rey. Los feligreses se divierten y le rinden culto en la renovada parroquia del Aula de Cultura de Alicante.

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