La sociedad está necesitada de mensajes motivadores, y el que encabeza este artículo es uno de los mejores que he leído en los últimos tiempos. Cuando comenzó la crisis económica se hizo necesaria la figura del coach, como un profesional motivador que debía cada día levantar los ánimos de trabajadores, empleados, profesionales y cualquier persona que estuviera necesitada de que alguien le hiciera ver que se pueden vencer las dificultades que el día a día nos ponía a prueba a todos. Y cierto y verdad es que la influencia y eficacia del coaching en los últimos años está siendo fundamental, porque, como decíamos antes, en nuestro quehacer diario estamos necesitados de que nos den un empuje motivador con frases que te hagan reflexionar acerca de lo que estamos haciendo bien, o lo que hacemos mal, o cómo debemos actuar ante los acontecimientos diarios. De la misma manera, recordamos las consabidas filípicas que escuchamos en la famosa película de 300, en aquella trama que describe la historia del rey espartano Leónidas y sus 300 guerreros espartanos que pelearon a muerte contra el «dios-rey» persa Jerjes I y su armada de más de 100.000 soldados en la batalla de las Termópilas, en las que sabiendo utilizar a sus soldados de forma organizada y con frases cargadas de entusiasmo y fe en la victoria se demuestra que se puede hacer frente a cualquier inconveniente en la vida.

Pues de la misma manera que en aquél entonces se hacía necesaria la presencia de un motivador que te haga potenciar al máximo tus posibilidades, hoy en día la sociedad está necesitada de líderes con carisma y fe en la victoria ante los problemas sociales, económicos, laborales y de toda índole que la ciudadanía tiene. Porque llega un momento en el que de lo que se trata es de contar con líderes que puedan hacer ver a la población que con el empuje de todos, con las ganas de trabajar y de organizarse bien en la vida y en el trabajo se pueden conseguir las metas. Pero si no existe ese líder motivador que te permita darte cuenta de cómo enfocar los problemas de la sociedad, ésta y sus ciudadanos no sabrán el rumbo que se debe seguir, y seguirá inmersa en un ritmo cansino y sin potenciar las habilidades de muchas personas que están necesitando ese mensaje motivador que organice la forma de avanzar para conseguir nuestras metas.

Uno de los mejores mensajes motivadores que he leído últimamente es el que, con motivo de los éxitos del equipo de fútbol del Atlético de Madrid, se ha lanzado desde su equipo de marketing para influir tanto en su afición como en sus jugadores a conseguir gestas impensables en otros equipos con los mismos medios que este club tiene. Y este mensaje es el que encabeza estas líneas: «Nunca dejes de creer». Quizás influenciado por la propia filosofía que el entrenador de este club, Cholo Simeone, ha imbuido en su afición y en sus propios jugadores con una frase reciente que también calaba en todo el mundo, como la que decía: «las batallas no las ganan los que tienen más soldados, sino los que mejor saben utilizarlos». Ahí es nada. Y no se trata de una frase bélica, sino de una frase dirigida a motivar a su grupo para saber que si están organizados, que si creen en un patrón de juego y de actuación, podrán vencer a todos los obstáculos que se puedan encontrar en su camino si tienen fe en la victoria, confían en su líder, este tiene la suficiente ascendencia sobre ellos, y saben sacar a flote sus virtudes y ocultar sus defectos. Pero, sobre todo y por encima de todo tener fe en que con esfuerzo y trabajo y un buen líder motivador y que organice a los suyos la victoria se conseguirá.

Este mensaje de este excelente motivador como lo es Simeone se puede trasladar a los problemas que vive la sociedad hoy en día. Porque el reflejo de los éxitos que está consiguiendo este entrenador de fútbol en su forma de trabajar, su forma de motivar a sus jugadores, su creencia en la victoria basada en el esfuerzo y en el trabajo diario marcan la línea de actuación acerca de cómo se deben hacer las cosas. Porque no se trata solo de creer. Se trata de hacerlo porque antes has puesto los medios para convencerte de que se puede llegar hasta el final y vencer, siempre y cuando cada día trabajes al 100% como si te fuera todo en la vida. Es decir, exprimiendo todo lo que llevas dentro y siendo fiel al compromiso personal y colectivo que todos tenemos con nosotros mismos y con la sociedad y el grupo que nos rodea. Si ese espíritu y ese sentimiento de este club de fútbol y su grupo entero liderado por su entrenador se trasladara a todos los sectores de la vida en nuestro país... que temblara el mundo, porque no nos paraba nadie.