Hace unas semanas, el equipo municipal de gobierno anunció a bombo y platillo que consultaría a los ilicitanos acerca del modelo de ciudad que quieren para los próximos años y que lo tendría en cuenta a la hora de diseñarlo. Este anuncio hacía presagiar una entente cordial entre los representantes políticos y sus electores, o, por lo menos, un esfuerzo de participación. Hete aquí que se está dando casi por segura la construcción de un nuevo mercado central, proyectado por el equipo de gobierno anterior, con 300 plazas subterráneas de aparcamiento, en el casco histórico, que, sin lugar a dudas, va a condicionar el futuro modelo de ciudad.

Visto lo visto, uno se pregunta: ¿El actual equipo de Gobierno municipal quiere realmente que Elche se convierta en una ciudad sostenible cuando plantea priorizar la nueva construcción de un Mercado Central en vez de su rehabilitación? ¿Está el Ayuntamiento de Elche dispuesto a borrar la historia y dejar sin esencia el centro histórico, convirtiéndolo en un espacio impersonal?

¿De verdad, el centro histórico, la Villa Murada, puede albergar la construcción, en suelo público, de un espacio comercial privado integrado por un supermercado y un aparcamiento subterráneo de 300 plazas, justo en el lugar más congestionado de tráfico de toda la ciudad?

Tenemos que recordar que hace escasamente un año, los partidos que actualmente conforman el Gobierno municipal, que también pertenecen y pertenecían a la plataforma Salvem el Mercat, participaron en una concentración ante las obras del mercado provisional, afirmando todos ellos que en caso de formar gobierno municipal, impedirían la realización del proyecto aprobado por el entonces partido gobernante ¿Qué ha cambiado para que ahora no se manifiesten con la misma contundencia? ¿Es que no sabían, o al menos intuían, que tal decisión podría acarrear un coste económico?

Teniendo en cuenta que la empresa adjudicataria, Aparcamientos Ciudad Sanitaria SA (Aparcisa), ha tenido que realizar una serie de rectificaciones muy importantes al proyecto a requerimiento del nuevo equipo de gobierno, ¿por qué razón sus miembros no han solicitado una auditoría y/o una investigación de todo el procedimiento de adjudicación y contratación? Habría que recordar un dato, que fue noticia en su momento y resultó muy preocupante: cuatro miembros de la junta local de Gobierno se ausentaron cuando se aprobó la contratación del proyecto, hace un año. ¿Por qué? ¿Los políticos que nos gobiernan actualmente, piensan agotar todas las vías administrativas y legales existentes antes de considerar el pago de una indemnización a Aparcisa?

Otro capítulo se merece el mercado provisional levantado en la ladera del río, en un jardín. ¿Cuál es su situación actual? Su construcción fue denunciada en su momento por el PSOE. Su entonces portavoz, Antonio Rodes, compareció en rueda de prensa y afirmó «es conocida nuestra oposición a este proyecto de mercado central en su conjunto y, muy especialmente, a la gestión que se está haciendo del mercado provisional. Consideramos que va en contra de la normativa municipal, en concreto del artículo 55.2 del PGOU».

Uno se sigue preguntando qué ocurre. ¿Puede un proyecto de esta magnitud, en el que se ha construido en un jardín público, lo que implica un cambio de uso de suelo, no haber pasado por la supervisión técnica de los profesionales del departamento municipal de Urbanismo o, sí, existe un informe firmado que da el visto bueno?

Por otra parte, llama la atención que los vendedores establecidos en el mercado provisional digan que sus ventas han aumentado cuando sus clientes no disponen de aparcamiento. ¿De verdad hace falta la construcción de las 300 plazas de parking proyectadas? Echando manos de las hemerotecas, el 28 de junio de 2015, el actual alcalde, Carlos González, entonces recién elegido, aseguraba que se debía «buscar un acuerdo que gire alrededor de, por un lado, rehabilitar el viejo edificio y, por otro, buscar una alternativa de aparcamiento extramuros que respete la riqueza arqueológica de la zona centro».