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Marc Llorente

Luminosa producción

La piedra oscura

Teatro Principal de Alicante

De Alberto Conejero. Producción: CDN y La Zona. Dirección: Pablo Messiez.

Queda ahí la necesidad de la memoria colectiva para no olvidar el pasado y recordar a las personas que padecieron directamente sus trágicas consecuencias. Eso persigue La piedra oscura, título de un inacabado proyecto teatral de Federico García Lorca, sobre la homofobia, que da nombre a la pieza de Alberto Conejero. Una pieza sencilla con una sola situación y el intercambio verbal entre dos personajes aparentemente antagónicos que avanzan hacia la unión y un fatal desenlace. El drama emocional toca las fibras más sensibles del público y estimula las prolongadas ovaciones. Daniel Grao es un teniente de artillería herido en la siniestra habitación de un hospital militar. Y Nacho Sánchez interpreta al soldado joven, inexperto y azaroso. El guardián y el prisionero del bando republicano, personaje que se inspira en Rafael Rodríguez Rapún, estudiante de Ingeniería de Minas y secretario del grupo de teatro La Barraca, de García Lorca, con quien mantuvo relaciones de amor y sentimentales y al que asesinaron un año antes, ya que la obra de Conejero se sitúa en agosto de 1937, cerca de Santander. Los dos actores están muy compenetrados con sus papeles y en plena conexión. La intensidad dramática, el dolor y las tensiones aumentan con la Guerra Civil española como telón de fondo, y el desencuentro se transforma lentamente en un entrañable y poético encuentro con el protagonismo de la palabra y el vínculo de ambos. A partir de hechos reales, se recrea una ficción cuyo parecido con la realidad no es una simple coincidencia. El dramaturgo argentino Pablo Messiez es el sensible y eficaz director de la galardonada producción del Centro Dramático Nacional y La Zona. El texto es justo y preciso. La atmósfera y el espacio sonoro redondean las jugadas donde Daniel Grao y Nacho Sánchez conmueven. Los enemigos se funden en un purificador y fraternal abrazo. Todo un símbolo. Y el joven acoge el encargo de recuperar algunos textos de Lorca para que no se pierdan. La historia no debe olvidarse si queremos un mejor presente y un futuro más luminoso. Por cierto, pocos espectadores en el Principal pero muy receptivos.

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