Fue Vilaplana Gisbert, ya finalizando el siglo xix, el primer cronista local que desveló que la proclamación de San Jorge como patrono de la villa de Alcoy, a raíz de la victoria obtenida contra el ataque musulmán, fue autenticada ante notario, según una transcripción anotada por el escribano Cristóbal Mataix a mediados del XVIII, quien, como notario público, daba fe de «haber visto y leído el documento auténtico que contenía extensamente una relación de los mencionados hechos, con el acta de proclamación de San Jorge Mártir por Patrono de Alcoy». A pesar de sus diligencias para encontrar los protocolos del notario Bernat Carreres, que era quien había levantado acta, resultaron infructuosas, lógico debido a las idas y venidas de los libros notariales por distintos locales.

Hasta entonces, cronistas como Beuter y Vicente Carbonell habían relatado la tradición sostenida durante varios siglos sobre la intervención del mártir de Capadocia en la batalla. Durante el siglo XVIII, algunos notarios alcoyanos trataron de fijar para la posteridad los documentos que consideraban vitales para la memoria de su población. Ello ocurre con el acta de la Virgen de los Lirios, de la que se sacan varias copias y se traduce el original en valenciano a la lengua oficial del Estado borbónico a partir de 1708, el castellano.

Cristóbal Mataix pertenecía a una familia alcoyana de notarios y escribanos. Su padre, José Mataix, fue notario de Alcoy de 1727 a 1765. El propio Cristóbal Mataix lo fue de 1757 a 1797 con la habilitación y «real título de Escribano para el presente Reyno [de Valencia]». Llegada su senectud, compartió la escribanía con su hijo Francisco Mataix, en 1798, trabajando ambos hasta 1806, cuando falleció. Cristóbal Mataix desempeñó también el cargo de escribano del Cabildo de Alcoy, de 1761 a 1770, sustituyendo en la escribanía a su padre, José Mataix, quien por cortedad de vista y muchos años, se jubiló en diciembre de 1760.

El acta en que el notario Mataix dio fe de la batalla de 1276 se conserva en el llamado «Yndíce de los Acuerdos de la Villa de Alcoy», en el Archivo Municipal de Alcoy, un índice de los acuerdos del cabildo municipal de 1708 a 1754, al cual se fueron añadiendo diversas anotaciones, actas e inventarios. Entre estos documentos destacamos el que figura en las páginas 356 y 357, titulado «Sn. Jorge Mártir, Patrón de la Villa de Alcoy», en el que relata la batalla que se produjo a las puertas de la villa de Alcoy: «al amanecer del día 23 de abril, tiempo en que estava la mayor parte de sus vecinos oyendo misa en la primitiva yglesía parroquial, que celebrava el venerable mosén Ramón Torregrosa, dieron los moros asalto general a la Villa... capitaneando [dicho Torregrosa] a sus feligreses, acudieron á la Puerta de Luna... y defendieron á la Villa con el mayor esfuerzo. A este tiempo apareció sobre las Almenas de los Muros... Sn. Jorge Mártir sobre un cavallo blanco, circuido de ángeles que cantavan la vitoria e hizo tal destroso de los moros... [que] entre ellos murió Alazarach». Al concluir la batalla, «se encaminaron con la misma uniformidad al campo de la primera victoria, en público consistorio votaron por Patrón primario de la Villa al Glorioso Sn. Jorge Mártir, guardándole su fiesta de precepto, y ofreciendo dedicarle un Templo... celebrándole fiesta y aniversario anual, como siempre se ha celebrado. Y en muchos siglos con bullicio y aplauso militar representativo de dichas Victorias, que al presente se celebra de algunos años á esta parte con la mayor decencia».

Diversos medievalistas actuales consideran que el acta original de San Jorge nunca existió y que el tal notario Carreres en realidad fue un notario del siglo XIV. No obstante, el documento redactado por Mataix da constancia de una época en la que la preocupación por la Historia y por la transmisión documental nos ha legado un volumen tan excepcional como el que tenemos entre las manos.