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Bienvenidos al desierto

Empiezo a pensar que Alicante y su provincia no son el páramo cultural en que muchos pensábamos que se había convertido, sino que el desinterés que buena parte de la ciudadanía manifiesta hacia la oferta artística de la cartelera tiene mucho más que ver con nuestra idiosincrasia que con el IVA del 21%. Me consta, además, que en algunos municipios se está haciendo el esfuerzo por dotar a la programación de la calidad suficiente como para suscitar el interés del gran público. En la capital, verbigracia, son de alabar los intentos que Dani Simón está demostrando desde el Ayuntamiento para tratar de arrastrar al público a los centros culturales, incluidos, por supuesto, el Teatro Principal y Las Cigarreras. Pero no nos equivoquemos. Conozco poblaciones donde el público no acude si desde el Ayuntamiento no le envían la entrada a casa. Y no una, sino el pack completo para toda la familia, y si puede ser pase VIP, mejor. Hay salas privadas con una magnífica programación de soul y de rock, apta para cualquier bolsillo, en las que contando a los camareros no se acercan ni a la media entrada; o teatros, como el Arniches, que traen a artistas como Emma Pollock, que viene de llenar locales en Madrid o en Coruña, donde nos hemos juntado menos de medio centenar de asistentes. Alicante es una provincia turística y debe contar con David Guetta y Estopa entre su oferta para todos los públicos, pero se ha quedado fuera de las giras de los grandes artistas porque el pinchazo es casi seguro. No vale con que Murcia o Valencia estén a tiro de piedra para ver a Calexico o a Damien Jurado. Visitar las ciudades con que lindamos siempre es saludable. Nos gustaría verlos en casa, pero no hay promotor que se arriesgue. Alicante se ha convertido en un punto negro para este tipo de manifestaciones culturales por mucho que se abarate la entrada, incluso a mínimos con los que la rentabilidad es casi imposible. Y aunque se podrían aprovechar mucho mejor algunas instalaciones públicas (ahí tenemos el ADDA a medio gas) no debemos mirar únicamente a las administraciones, mirémonos también a nosotros.

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