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La parroquia de San Juan

Pudimos verle en el Aula de Cultura de Alicante, y ahora se ha podido ver nuevamente a Alberto San Juan. Esta vez en el Principal junto a sus colegas Luis Bermejo y Javier Gutiérrez, los demás actores de El Rey. Si en octubre, a través de un monólogo, daba la sensación de que nos decía, emulando a Wyoming, «Ya conocen la historia? Ahora les contaremos la verdad», con este montaje también ocurre. Le pegó un repaso al franquismo, a la Transición o a la Corona y sigue pegándoselo en la actual pieza escrita por él. En el exterior se conmemoraba el 85 aniversario de la proclamación de la II República. Y en el interior se pregonaba el evangelio de San Juan. Los parroquianos comulgan pero no con las ruedas de molino que las clases dirigentes imponen. Los tres contribuyen a destapar la cesta, al margen del discurso oficial, dejando desnudos ciertos episodios de la historia española. La variedad bibliográfica recrea, con dramatización reducida, los discutibles fragmentos que subrayan las oscuridades relacionadas con el anterior jefe del Estado. Más que ofrecer respuestas, se sugiere con esta irreverente ficción basada en hechos reales, entre la sátira y el realismo. Así es la denuncia política de Teatro del Barrio, compañía y sala madrileña de Alberto San Juan con ese trasgresor estilo que siempre esgrime al escribir, interpretar o dirigir. Los espectadores observan a un monarca achacoso o delirante, y se recuerda su pasado. Ya que la monarquía nos ha venido dada, se busca estimular el debate sobre la institución y los vínculos de Juan Carlos I con las figuras de su padre, Franco, Carrero, Suárez, Martín Villa, Carrillo, González, Tejero, Cebrián, Garrigues Walker o Hermida. El personaje central lo asume Luis Bermejo en esta obra escueta con temática valiente, modos teatrales válidos y otros que pueden depurarse. El trío cumple en función de todo ello. Sintoniza muy cerca del personal y pone en pie a la parroquia. Se insinúa que el Rey pudo defender espinosas causas y obtener lucros. «Lo siento, no volverá a ocurrir...».

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