Mi primo el «nano»

Atléti contra Barça. Colchoneros enfrentándose a culés. Madrid versus Barcelona, la capital y la periferia. La santa Paloma frente a la no menos santa Laia, o Eulalia para los amantes del Imperio. Los aguerridos seguidores de Griffa, ¡glup!, y Simeone del viejo Metropolitano intentarán parar a los finos estilistas de Romario y el Pep del antiguo Les Corts. Tierno y Maragall. Congreso de los Diputados/as y Parlament de Catalunya. El Prado y el Liceo. El chotis agarrao y la sardana colectiva. Ángel Nieto quiere adelantar en la última curva del circuito a Marc Márquez. Chicote postinero contra el refinado Bocaccio. El oso del madroño, firmemente asentado en su territorio, se enfrenta a un Sant Jordi con una lanza roma. Paco Umbral nunca comprenderá a Josep Pla. En Neptuno y Canaletas, las hordas a por la victoria. El panda Xing Bao quiere sustituir a Copito de Nieve. Los de la Mahou pretenden beberse a los de la Damm. El Banesto, ¿todavía sobrevive a Mario Conde?, quiere absorber a la Banca Catalana pujolista. Felipe V contra Rafael Casanova. Almodóvar rueda, Woody Allen también. Callos y cocido se disputan estrellas Michelin con Seques amb botifarra. De «a mí me ponen las rayas, canallas de los colchones» a «tan se val d'on venim, si del sud o del nord». El tío Gilito y Núñez, rey de las esquinas. En fin, Sabina, vallecano de la jienense Úbeda, como Carnicerito de idem, contra su primo Serrat, catalano-aragonés a lo Jaume I. Un primo del primo, como señala el de quién me ha robado el mes de abril, que se pasó la juventud interpretando, exiliado en el metro londinense, las canciones de un atorrante noi del Poble Sec, también exiliado, éste en México, que cuando gana el Barça, temps era temps, cree que hay Dios y es azulgrana.