Me hallo en Albacete, en la edición del Festival de Primavera que los amigos Joseba Fiestras, Arantza Lalinde y Frederic Alzola han tenido a bien organizar como extensión a la cita anual septembrina, que este año celebrará su octava edición. Y parece que fue ayer cuando, al coincidir en distintos festivales de cine, charlábamos sobre la posibilidad de engendrar una criatura como ésta.
Anoche vimos El hombre de tu vida (TVE), una adaptación de la versión homónima que Juan José Campanella dirigió en Argentina, y que el sagaz José Manuel Lorenzo decidió poner en marcha. Son 8 capítulos autoconclusivos en los que un padre en apuros, animado por su cuñada, decide lanzarse al negocio de enamorar (para luego volver a desenamorar), a mujeres en busca de su media naranja por medio de agencia. Para acometer este rol se necesitaba un actor carismático y querido, dado que el tono en el que está narrada la serie no puede ser más amable. Lorenzo veía muy claro que debía ser José Mota, y en un intermedio de los Goya le hizo la sugerencia: «Tengo una serie para ti». Mota bendijo, la maquinaria se puso en marcha, y la ficción está al dente para ser degustada. Comedia en estado puro, el productor ha cometido la audacia de que los episodios sólo duren 50 minutos, algo que favorece el ritmo y logra que las peripecias pasen volando.
Aparte de El hombre de tu vida, en Albacete me he encontrado a Cipriano Torres, una persona excepcional. En cada rueda de prensa, a cada instante, va anotando en su cuaderno ideas que antes o después convertirá en textos mordaces. En columnas imperdibles. Le acabo de decir que es el Chirbes de la crítica televisiva, por cómo retrata a los poderosos y a los de abajo. Él ha sonreído.
