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Marc Llorente

Apuntes afilados

Marc Llorente

El bueno, el naranjito y el malo

Los mosqueteros de la política proclaman su lema «Todo para dos y Pablo para Pedro y Albert». Iglesias regala un libro sobre baloncesto a Sánchez para lograr una canasta de tres puntos pero no consigue ni dos. Rivera tapona y el otro no la mete. La pelota en el cesto. El líder socialista, por ahora, quiere que el jefe «coleta morada» se una al pacto entre PSOE y C's con la intención de que las tres espadas le aúpen a la presidencia. Se opone el equipo naranja porque prefiere al investigado Partido Popular. Lógico. Son parientes cercanos aunque Albert se desmarque en favor de la regeneración democrática. Es decir, mejorar cosas sin cambiarlas, que es pecado y osadía querer alterar esas reglas que nutren a unos cuantos y desnutren a muchos. Los autos de choque circulan, y el acuerdo de Sánchez y Rivera sigue. El desgaste y las escenificaciones continúan de cara a nuevas elecciones, si algún milagro de última hora no lo remedia, y para inculpar del fracaso al de enfrente. ¿Fumarán la pipa del consenso? ¿Habrá fumata blanca que empuje a la creación de un nuevo Ejecutivo? Rajoy fuma un puro ejerciendo el viejo arte de la espera. Esperando aguarda a su Godot particular. La felicidad de seguir siendo presidente no en funciones y con licencia 007 para recortar más, según el manual del buen recorte al servicio de las majestades de la Comisión Europea. Mariano echa los balones de Évole fuera del campo. Toca el bombo en su hamaca y realiza el papel de víctima del desprecio ajeno en Cincuenta sombras de Rajoy Brey. Pretende salir reforzado de ésta y que el personal le vote bien. La corrupción es para el que la trabaja... Él ignora todo y pone a punto sus tijeras por si acaso. Fumando espera que el bueno, el naranjito y el malo se rindan ante su presencia limpia de polvo, barro, paja y financiación ilegal, pese a que las pruebas y el cante flamenco, como el de Ortiz, dejen con las nalgas al aire a Rajoy, a la olvidadiza Rita y al resto del clan de comedias populares. Vía 199, abstención de Podemos, con referéndum a sus bases, o urnas. Los enroques parecen inamovibles. Y airean el fantasma de Venezuela interesadamente.

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