Este viernes pasado se presentaba por fin una de esos proyectos que me hacen sentir, de esos que me devuelven recuerdos infinitos de tiempos comunes con personas increíbles, de los que me levantan el alma y me susurran palabras, murmullos de espuma, notas de una canción que suena a tiempos mejores quizás. Un gran literato, y ante todo mejor persona, Bruno Francés, me ha recordado que, sin darme cuenta, hice esta bonita metáfora en medio de mi socorrida presentación. Reconozco que estaba absolutamente abrumada, hasta avergonzada, por el inmenso honor de estar arriba, en esa tribuna de arte que fue una grandísima responsabilidad. Y encima en un pedazo de evento que por fin vio la luz el viernes en él, la revista online de Pepe Calvo, HÜNTER ART MAGAZINE. Es quizás el mejor proyecto, sin duda, en el que he participado jamás. Y encima con lo mejor de esta provincia en todos sus tiempos. Así se presentó con un buen compañero, Jordi Navas, un pedazo de especialista en arte y cultura contemporánea de los que te tiemblan las «canillas» por estar compartiendo su espacio y no quedar cual tremenda en cualquiera de las ocasiones (y también de esta casa INFORMACION). Fue una verdadera actuación de grupo, una tremenda performance o una intervención en colectivo, de esas que inundan calles y plazas a veces; nos pusimos todos a hablar de arte, cultura, tendencia, de lo que es «cool» o lo que debería revisarse del pasado del cine, la literatura? de la belleza en sí misma, del cómic, de la revolución que supone que las letras sigan siendo las letras, incluso cuando parece que solo el IBEX 35 es algo en este país. Me emocionó ver a Eduardo Lastres, Elena Aguilera, Guillermina Perales, el mencionado Bruno Francés, Kribi Heral, Begoña Deltell, Jesús Zuazo, Melin Planelles, Ángel Cremades, mi amiga Lola Sirvent y hermana (súper Mati Sirvent), y así un sinfín de amigos que espero no se molesten por no mencionarlos? y hasta mi querida amiga Veline Ong o Pierre Vives, «actores» nuevos de este reparto que es la gran familia del arte alicantino. Y recordé por un minuto esas tardes de la facultad, con Isabel, la hija de Segundo García o la otra Isabel, Tejeda, mi amiga del alma con la que discutía de casi todo lo discutible, o esos encuentros en la biblioteca con Olivia Manzanaro, mi otra amiga «muy amiga» como diría Forrest Gump, o la de días que íbamos a ver al Barrio al Brujo en su bareto y nos «echábamos» unas «charletas» culturales de las que hacían historia, mientras las «liábamos pardas» en el Rectorado y al pobre Andrés Pedreño le dábamos unos dolores de cabeza más de Historia todavía? incluso con el entonces hijo del gobernador Octavio Cabezas? el más rebelde de todos por aquellos días? pero en todo, en todo, lo más grande era que la cultura, el arte, la vida y las ganas de crear estaban en cada palabra, en cada gesto, en esa mirada de Roi, el replicante, que sueña de Blade Runner y en esos murmullos de espuma de mi Mar, el mar en el que sigo reflejando soñar, amar y defender un HÚNTER siempre «of course». Feliz domingo.