Un cluster (aglomerado productivo) es una concentración de empresas e instituciones interconectadas que actúan en un determinado campo de actividad: proveedores, fabricantes, administraciones, instituciones como Universidades o Institutos tecnológicos, etcétera, y, por supuesto, competidores y fabricantes de fases complementarias de la cadena de valor del producto. Empresas que compiten y cooperan simultáneamente con el objetivo de mejorar sus capacidades y su posición en el mercado.

Y es que para competir en mercados globales, cada día entendemos mejor que la cooperación resulta imprescindible, y no solo entre empresas que trabajan en diferentes fases de la cadena de valor del producto, que esto es obvio, sino también entre empresas competidoras: trabajamos juntos con el objetivo de identificar nuevos mercados, de reducir tiempos y costes de investigación, de mejorar nuestro acceso a los recursos necesarios de la forma más eficiente, etcétera, y después, competimos.

Territorialidad, industria, cooperación y competencia son las claves básicas que identifican un cluster. Y mejora de productividad, aceleración de la innovación y crecimiento del número de empresas, las ventajas individuales y agregadas que podemos esperar.

En nuestra provincia tenemos excelentes ejemplos de clusters que han mostrado su fortaleza y eficacia a lo largo del tiempo: calzado, turrón, piedra natural o textil son claros, y aún tenemos más oportunidades si ponemos en común algunos de nuestros recursos diferenciales y aprovechamos las infraestructuras que en gran medida ya tenemos: el clima, el turismo, las comunicaciones, las Universidades, son factores sobre los que podemos construir agrupaciones de empresas focalizadas en actividades que aporten valor diferencial a determinados colectivos.

Una idea que no es nueva porque ha sido apuntada en diferentes momentos desde distintos participantes aunque no ha sido abordada, en mi opinión, con la profundidad y los recursos que merece, es si tiene sentido un cluster de enseñanza del español como idioma extranjero en Alicante, dirigido no solo a estudiantes extranjeros en la provincia, sino también a extranjeros residentes en nuestra zona, e incluso a turistas que nos visitan puntualmente con interés en practicar el idioma español o a inmigrantes laborales con apoyo financiero de las administraciones.

La participación de empresas ya constituidas (centros de estudios de idiomas, e industria turística -alojamiento, desplazamiento, hostelería, etcétera-) y nuevas que se puedan incorporar, así como la labor catalizadora, reguladora y de apoyo de las administraciones, y la participación de instituciones que apoyen la definición y concreción de las ventajas competitivas que el cluster aporta a sus miembros, y aporten los profesionales cualificados para desarrollar las actividades del cluster (básicamente las universidades, en este caso), son los elementos clave para el éxito de la iniciativa.

En mi opinión, merece la pena una nueva revisión a fondo de la idea con el objetivo de reactivarla y aportar una nueva línea de actividad empresarial que potencie el desarrollo industrial y contribuya a ese objetivo tantas veces repetido de desestacionalizar nuestro turismo.