Apreciado Don Eleuterio: ha pasado la Semana Santa y he sentido el deseo de dirigirme a usted para darle cuenta de cómo andan, por esta su ciudad, las cosas.

Quizá sea por esta primavera adelantada, y que la temperatura media ha subido 2ºC, anda el personal en plan rebelde y, así, los concejales del PP de Valencia dicen que no se van, a pesar que desde su partido les dan de baja por alguna corrupción.

Tampoco se va la concejala de Guanyar Alicante, que hace caso omiso a la petición de la asamblea de su partido y no dimite, porque ella ya ha perdido perdón y, además, el presunto ejercicio de nepotismo, de lo que se le acusa, lo fue porque era novata ¡a prepararnos para cuando aprendan estos chicos¡ Además la concejala afirma «sigo defendiendo que aquí no ha habido nada ilegal, nada contrario a la ética; yo he reconocido que ha habido un error de estética, pero se ha buscado el ahorro para la concejalía». El caso, Don Eleuterio, es que a esta concejala se le acusa de haber adjudicado un contrato menor a unos amigos suyos, o algo así; probablemente sea víctima de un caso de «fuego amigo», que es el que mayor mortalidad crea en el mundo de la política.

Dadas las fechas, como era previsible, el grupo municipal Guanyar Alacant, se manifestó «en contra de la participación del Ayuntamiento de Alicante, en tanto que institución pública, en los actos de celebración de la Semana Santa». Dado el momento, el vicealcalde y portavoz de Guanyar Alacant, Miguel Ángel Pavón, «afirma que las expresiones religiosas se deben ejercer en ámbitos al margen de la administración pública e incide en que se debe cumplir el artículo 16 de la Constitución Española y apostar por una administración laica».

No se cómo sería en su época, pero ahora, Don Eleuterio, cuando algún político quiere ponerse estupendo cita la Constitución, la misma que pretende cambiar, y además especifica un artículo, por lo que me tomé la molestia de leer el citado artículo 16 de la Constitución, que textualmente dice «1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley; 2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias; 3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones». No sé qué opinará usted, que como se le suponía masón indudablemente debe ser más crítico que yo, pero a mí no me parece que el artículo 16 obligue a que el Ayuntamiento de Alicante esté indiferente, de manera obligatoria, ante la Semana Santa.

A nivel nacional, como le comenté en mi última misiva, en la que recomendaba la oportunidad de un ERE en el Congreso, dada la ineficiencia de nuestra clase política, las cosas siguen igual: parece ser que Pedro y Pablo Ramón, decidieron en miércoles santo que no se podían reunir hasta el miércoles posterior a la Semana Santa, o sea mañana. La ocupación de agendas de Pedro y Pablo Ramón en estas fechas, me intriga ¿no nos tendrán engañados y al final no se han reunido por qué han procesionado de nazarenos? ¿el color de Podemos no es acaso, alusivo, a la Semana Santa?

Hoy también hubo otra noticia, que fue primicia en ciertas cadenas de televisión, referida a la aparición de Íñigo Errejón, que por lo visto había estado unos días reflexionando en Londres y aprovecho para darnos unas lecciones sobre el futuro del país. Así, Errejón, dixit que el nuevo gobierno debiera inspirarse en el «modelo valenciano» y, claro, se me pusieron los pelos como escarpias; luego reflexioné y caí en la cuenta de que se refería al «modelo valenciano tripartito» y, desgraciadamente, los pelos siguen como escarpias.

El aludido Errejón, explicó que acataba, aunque no la compartía, la decisión de Pablo Ramón, secretario general de su partido, referida a la reciente «purga», que fue la que provocó su viaje de reflexión a Londres. Al final, todo parece indicar que Errejón, en este caso, siguió los consejos que le había dado Juan Carlos Monedero, que es esa especie de guachimán de Pablo Ramón, que sale a dar consejos cuando hay alguna crisis en Podemos. Pues bien, Errejón, compareció, como no podía ser de otra manera, para dar caña al PP y para hablarnos de la «mayoría de los desfavorecidos».

En fin, Don Eleuterio, poco más puedo contarle de esta su ciudad, excepto que parece ser que el Ayuntamiento ha sofocado la rebelión de los maceros.

Suyo atentísimo.