Y al tercer día resucitó... esa es la grandeza de nuestro espíritu, de nuestra forma de ver la vida. Quizás esta palabra no suponga mucho vista desde el angulo inadecuado, pero si se observa con objetividad, sin filtros, con la mirada de nuestra civilización, sí tiene un increíble sentido. Como el Leonardo Di Caprio «renacido» de González Iñarritu, la metáfora que supone la Resurrección de este Domingo de Pascua en el calendario cristiano es increíble.

Nunca he sentido tanto la necesidad de escribir en una Semana Santa sobre todo ello. Sobre nuestra Historia, nuestro pasado, nuestra herencia, la de toda una civilización, y desde luego, la de nuestra vida, que es esta.

Cuando más que nunca hay toda una guerra abierta contra nuestra forma de cultura, de vida, de libertades, de actitudes, de futuro? nunca más que ahora debemos hablar abiertamente de cómo nos sentimos.

Bruselas, ese núcleo que supone la ciudad más europea, a pocas manzanas de la sede de la Europa iconográfica, del Parlamento que habla por sí solo de toda una Historia llena de guerras, de reencuentros, de sacrificios, de revoluciones, de concordias, de tratados históricos, de episodios claves en la vida de todos nosotros? No hemos llegado hasta aquí para que unos cuantos bárbaros iletrados, radicales, carentes de nada en ese hipotálamo que hemos permitido que les «coman» en nuestras propias narices y encima, subvencionados cultural y económicamente por nosotros y nuestra «exquisita» estupidez?

No hemos sufrido catarsis como la Segunda Guerra Mundial, ni hemos construido toda una revolución y evolución de los derechos, incluyendo los mundiales, ni mucho menos pedido que nadie desembarcara en la Bahía de Dunkerque, cuando todo nuestro continente parecía abocado a la dictadura y la locura nazi, para que hoy nos quedemos tan anchos mientras nos destrozan la vida. Y lo peor, nos toque vivir eligiendo entre seguridad y libertad, como si eso fuese una elección razonable. O mejor, tengamos que volver a entonar la cantinela de la libertad como bandera ante algunos que, a la mínima, quieren imponer «ley y orden» a su manera aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid?

Y de paso, y en un tris, hacer de nuestras democracias un «paseo militar» de patada en puerta en defensa de una supuesta tranquilidad? o las barbaridades que sueltan unos y otros, desde los extremos, y que dan la risa, sino fuera porque en el fondo son de pavor?

Pero no, hoy domingo en Alicante, en mi tierra levantina, al lado del Mar, ha salido el sol. Ese sol que celebra entre colores, aroma a sal y Mediterráneo común, incluyendo el más oriental y el sur, con los que también pacíficamente creen en Alá, y concordian con nosotros? ese Jesús que también dio lugar a las Sandalias del Pescador, que lo siguen millones de personas en el mundo, que ha practicado hasta la «Teología de la Liberación» o que entre los Jesuitas ha supuesto un ideal de revolución social durante siglos, ese ha vuelto a la vida. Y con él, todo un canto de esperanza, porque junto a Peter Pan, es el personaje, el icono que me hace, y nos hace, todavía soñar a algunos con que, en lo peor, siempre queda renacer.

En esta semana que se espera convulsa, donde además nacerá por fin un grito de libertad cultural, «HüNTER», estas palabras se las dedico a una buena amiga, que me reservo, a su honor, a su fuerza y su coraje. Feliz Domingo.