La Iglesia celebra, en el día 27 de marzo, el Domingo de la Resurrección del Señor, la Fiesta Mayor. Pero la Resurrección no se refiere sola al cuerpo redivivo sino que afecta a toda la vida humana. Y como Dios es Amor, la Resurrección a la vida es participación plena del Amor, que es Dios.

La Resurrección del Señor, como recuperación plena del Amor, cuando se aplica al hombre que aún vive en este mundo con las limitaciones propias de una vida terrena, tiene, según ha escrito un prelado a sus diocesanos, las notas siguientes: primera, el amor cristiano es entrega personal de toda nuestra vida. Segunda, el amor cristiano es victoria plena sobre la violencia de este mundo., Tercera, el amor cristiano es más fuerte que la muerte y supera toda violencia. Cuarta, el amor cristiano es más fuerte que el odio. Quinta, el amos cristiano es posible porque Cristo ha resucitado y nos lo ha dado todo, Sexta, el hombre tiene una sed insaciable de este amor. Sétima, el amor cristiano es Cristo mismo, que ha resucitado y se nos ha dado.

Como vemos, las notas de amor que el obispo ha descubierto en Cristo Resucitado, son extraordinariamente importantes, e implican un nuevo modo de vivir aquí en la tierra. Naturalmente, todo esto solo es posible en una vida cristiana a tope. La fiesta de la Resurrección del Señor significa una vivencia del Amor divino y la solución más adecuada de todos nuestros problemas y necesidades. Es interesante, en este Día especial, recordar y vivir todas estas características del Amor cristiano, que nos ha dado Cristo Resucitado.