Desde nuestros más antiguos ancestros, el agua ha sido una fuente vital de salud, prosperidad y bienestar. Todas las civilizaciones que han poblado nuestro territorio a lo largo de los siglos han ubicado sus asentamientos cerca de alguna área geográfica con abundancia de agua, por lo que esta suponía para su supervivencia y futuro. Hoy en día esta premisa no difiere mucho de la de entonces. Sin agua no tendríamos agricultura, pero tampoco industria, ni comercio, ni mucho menos turismo. Porque el agua es garantía de progreso, sinónimo de desarrollo y de creación de puestos de trabajo pero, fundamentalmente y por encima de todo, es energía y elemento esencial de vida.

En la provincia de Alicante es un bien escaso e indiscutiblemente necesario para nuestros agricultores, aunque también para garantizar el consumo humano en nuestros municipios, especialmente durante los meses estivales, cuando muchos de ellos duplican su población.

También en materia hídrica debemos trabajar por conseguir la paridad entre territorios y, por ello, me erijo en firme defensor de los trasvases, porque permiten democratizar un bien que es de todos los españoles y porque, apelando a la solidaridad entre cuencas, facilitar los flujos de agua de donde más hay a donde más se necesita se convierte en un deber patriótico que no tendría que generar controversia alguna.

Es por ello que no me cansaré de reclamar la continuidad del trasvase Tajo-Segura, porque su paralización supondría la pérdida de más de 40.000 puestos de trabajo, de 1,5 millones de toneladas de productos agrícolas y de 650 millones de euros, sin contar el aumento del riesgo de desertización y el menoscabo a nuestro ecosistema.

Hoy, Día Mundial del Agua, que este año conmemoramos bajo el lema El agua y el empleo, es una jornada de reivindicación internacional y de análisis y debate sobre la manera más óptima de potenciar nuestros recursos hídricos en el futuro. Porque el respeto al medio ambiente, a la protección del territorio y a la defensa de un entorno limpio que cuente con agua suficiente, en cantidad y calidad, que propicie su avance, nos permitirá sentar las bases para que futuras generaciones entiendan la importancia de este elemento, de su uso racional, así como de la responsabilidad que debe aplicarse en su gestión. Por ello, desde el gobierno provincial seguiremos liderando la reutilización del agua, aprovechando hasta la última gota; continuaremos trabajando por solucionar las carencias hídricas de nuestras poblaciones y optimizando su utilización. Porque afrontar la escasez de agua es un asunto que nos incumbe a todos, políticos, ciudadanos, regantes y empresarios. Porque el acceso al agua es un derecho universal, del que no podemos privar a ningún ser humano. Porque en materia hídrica sólo es válida la fórmula del consenso y el diálogo a la hora de construir políticas nacionales y locales coordinadas. Porque apelar al compromiso, a la sensatez y a la responsabilidad está en nuestras manos. Porque el agua es trabajo, es futuro, es vida.