Marzo y sus idus, con funestos augurios para aquel Julio romano y César. Era por aquel entonces el de marzo el primer mes del año. Hoy, con sus josefinas fiestas, supone el primero importante en el calendario taurino. Nos llega hogaño, además, adobado de novedades y continuidades. Continúa, por ejemplo, la ínclita concejala Marisol Moreno con la fijación de que a partir de 2018 no se den toros en la plaza de toros, fervores animalistas que llevan a estas incongruencias lingüísticas. Y continúan también, en la política local, las incoherencias de esa confluencia supuestamente ciudadana llamada «Guanyar Alacant», dentro de la cual se ve a un Miguel Ángel Pavón indulgente con las meteduras de pata y condenas en firme de La Roja, compañera de partido, mientras sí pide explicaciones en voz alta a Nerea Belmonte, de Podemos. La izquierda alicantina pagará tanta torpeza, tan insultante parcialidad. Absolutismo amagado con esta nueva versión despótica, «todo para el pueblo pero contra el pueblo», tan desilustrados ellos. Es una pena para algunos que las mascotas no voten...
Novedades en el novísimo Adrián Velasco, que estrena apoderamiento con Carlos Doyague y Juan Cantora. Parece ser que no habrá novillada durante la próxima feria de Hogueras a cambio de una corrida de toros más, lo cual no deja de ser una lástima, pues bien podría haber debutado en ella el bueno de Adrián con los del castoreño. Quizá sea en agosto, con la celebración de la Patrona.
Y más novedades en la feria de Fallas que acaba esta misma tarde. No por muy comentadas dejan de serlo las presencias arrolladoras de Roca Rey y López Simón, a las que se ha sumado José Garrido, con una faena de mucho mérito el pasado día 12. Sin embargo, quizá las actuaciones de más entidad esbozadas sobre la arena han llevado la firma de dos murcianos. Uno de ellos ha dejado patente que continúa siendo un lidiador consumado de astados complicados, como el que lidió en cuarto lugar el pasado domingo con el hierro de Adolfo Martín. Suficiencia, dominio, conocimiento del encaste y de los terrenos que pisa, Rafael Rubio se ha empeñado en dibujar su toreo, que también sabe de calidades, ante animales a los que muchos de los que se hacen llamar figuras no les quitarían ni las moscas. Ya no le hace justicia el diminutivo a este Rafaelillo.
Y más nuevo, aunque no del todo, ese tal Paco Ureña, que torea con una profundidad y verdad desconocidas en el toreo actual. También lo demostró ante otro albaserrada. En el toreo la cosa va de gustos, cierto es, pero pocos, muy pocos espadas del actual escalafón, dicen el toreo como lo dice este lorquino. Si pule ciertos desajustes y le respetan los toros y las lesiones, habrá que esperar a este torero. La obra ante otro de Adolfo Martín la pasada Feria de Otoño en Madrid le da un aval más que sobrado.
En estos idus de marzo se han habido de atar bien los machos los patricios del escalafón. Lo hizo Talavante en el mano a mano con Roca Rey, y sobre todo Julián López «El Juli» en el suyo con López Simón, demostrando que lleva diecisiete años en lo más alto por sobradas razones. No es tiempo para conservadores. No suele haberlos entre los que trenzan paseíllos en las el albero, por ejemplo, de la Maestranza, donde el próximo domingo se abre la Feria de Abril. Serán otros idus, otros aires, ante la exigente afición sevillana. Tres tardes se verá a Manzanares a orillas del Betis, y solo una cerca de su río homónimo, pues por San Isidro solo se anuncia en la corrida de la Beneficencia el 1 de junio. Ojalá sean todas ellas fechas de buenos augurios.
