Se abre el telón, y sobre la pantalla de mi ordenador, además de mi hijo adolescente y terriblemente genial, pero también desesperante, aparece One Republic, uno de esos grupos indie poperos que me vuelven loca total (hombre, algo loquita siempre he estado, lo reconozco, pero esto es más de más?) y que me hacen sentir con cada nota y cada palabra, cada sonido, un verdadero torbellino de emociones incontenibles? y eso, en el ser humano es, sin duda, la salvia de nuestro tronco, la sangre de nuestras venas, el oro líquido que nos hace vibrar? cada día entiendo menos a la gente que no llora, que no se ríe a carcajada limpia o que no es capaz de levantarse, como cuando «Harry encontró a Sally» y verter sus emociones en un torrente de pasión cuando realmente no pueda ni evitarlo? cada día es más valorable un beso furtivo por la acera, una mirada curiosa en un esquina, un suspiro ante un roce o una simple palabra de amor? cada día es más increíble el valor de la amistad, de la superación, de la vida misma y, sin duda, de las tangibles realidades humanas? esos detalles, actitudes, cosas, vicisitudes, acciones y reacciones que hacen que sigas creyendo en la magia, incluso cuando hay quien ya se encarga de que se te quiten las ganas de todo. Hoy, domingo de Ramos, una fecha maravillosa del calendario, tras un San José en el que lo hemos «quemado todo», en que la preciosa capital del Turia, la histórica Valencia de Jaume el Conqueridor, la ciudad del azahar y el olor a pólvora han ardido con el fuego purificador de las «Calendas» paganas y romanas? hoy domingo, este domingo, ya es primavera después de un equinoccio tempranero. Este es ese domingo en que Jesús entró en Jerusalén, sobre un burro, con una rama de olivo, aclamado por los que, ya por entonces, veían en él una verdadera revolución. Porque, sí, ahora tras más de dos mil años de Historia de la Iglesia, hay que decir que Jesús es esa figura histórica tan maltratada por tanta incultura. No me considero una persona conservadora, no me considero involucionista, no me considero precisamente «carca» y sí más bien progre en miles de cosas? y hoy, hoy, es un gran día para los que hemos creído siempre que no nos valen los arquetipos, los clichés y sí los sentimientos, la grandeza de lo bueno de la Historia (lo malo ya lo sabemos y no lo queremos repetir) y, desde luego, los que no queremos renunciar a nuestra cultura, a nuestra forma de vivir, de pensar, de sentir y todo lo que desde hace esos dos ml años conlleva. Renunciando también a todo lo malo que la Iglesia católica ha supuesto también en siglos por inmovilismo, Torquemada y variados? o falta de sensibilidad por miles de cosas y ganas de control y opresión en otras... Pero también reconciliándonos con esa cristiandad que me emociona cuando veo hoy la figura de las palmas y los olivos; sin duda tengo que hablar de esa estampa que supone el hombre que entró aclamado por los que veían en él la liberación, la revolución, la rebeldía y la esperanza en tiempos de oscuridad absoluta. Ése se llamaba Jesús, Jesús de Nazaret, y sí, gracias a él hoy miles de personas siguen haciendo I lived con miles de refugiados, campos de auxilio, cientos de pobres de lo básico, carentes de techo, comida y vida, misiones en donde nadie de todos los que tanto critican de «baratillo» tendría pelotas para ir, así de claro? Héroes que ni los griegos podrían situar en Troya. Para todos ellos esta columna hoy, ellos son que me hacen escribir hoy y decir que como la copa de vino, levanto mi rama de olivo para recordar que sigue siendo necesaria la rebeldía y la esperanza en este mundo que no descansa todavía en paz. Feliz domingo de Ramos, dedicado con amor a todos los que lo hacen más justo y bello.