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Marc Llorente

Apuntes afilados

Marc Llorente

Objeto político sí identificado

De la «extraordinaria placidez del franquismo», según afirmó Mayor Oreja en 2007, hemos pasado ahora a la «placidez extraordinaria» de tener solo un Gobierno en funciones. De todas formas, no está el horno para aguantar prórrogas si la vida política sigue igual. Imaginen otra campaña de guerra? Eso sí, roguemos para que Rajoy (objeto político sí identificado) no se vaya con la música popular e investigada a otra parte. La parodia nacional debe seguir coleando. Unamos sus «marianadas» del club de la comedia y enredémoslas. Pasen y vean. Tenemos que fabricar máquinas que nos permitan seguir fabricando máquinas, porque lo que no va a hacer nunca una máquina es fabricar máquinas. Yo, como maquinista de la General, he fabricado abusos con la máquina de abusar y me gustaría fabricar más. Me gustan los catalanes porque hacen cosas. Butifarra, cava, sardanas y leyes de desconexión, aunque esto último no me va. Un vaso es un vaso y un plato de butifarra no es una sardana. Los españoles son muy españoles y mucho españoles. Y no estoy dispuesto a que la butifarra sea independiente. Somos sentimientos y tenemos seres humanos y pelotas. De fútbol. Y españolas. Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde. Los alcaldes eligen a los vecinos y los vecinos eligen o mandan a freír espárragos al alcalde de turno. Esto no es como el agua que cae del cielo sin que se sepa exactamente por qué. Caen el agua, los alcaldes, los presidentes y las pelotas. España tiene españoles que me aplauden y lo celebran con cava en un vaso. Una cosa es ser solidario, y otra es serlo a cambio de nada. La solidaridad tiene un precio. Un puñado de dólares. Dije una vez: «Va a subir el IVA de los chuches». El de la cultura sigue en las cumbres borrascosas. A veces la mejor decisión es no tomar ninguna decisión, que también es una decisión por imbécil que resulte. Ni Hitler ni Stalin han sido declaradas personas «non gratas» en Pontevedra. Yo sí. Por culpa del alcalde, de ciertos grupos y de los vecinos que le eligieron. Como alcalde que es, nos debe una explicación. ¡Viva el vino!

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