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Entre dos aguas

Siguiendo el modelo de PhotoEspaña, pero sin su dotación económica y sin las pautas establecidas en este festival nacional, que contemplan el estudio profundo de las últimas tendencias y la recuperación de la historia de la fotografía, PhotoAlicante propone eventos expositivos que se salen de los circuitos normales, centros y salas de arte, para insertarse en el tejido social urbano y crear el interés por la fotografía. Sin la producción propia necesaria para integrarse en un contexto cultural global, PhotoAlicante promueve la coincidencia, en un mismo periodo de tiempo, de las propuestas fotográficas que las diferentes salas contemplan en su programación, estimulando la exposición y el debate sobre la fotografía, haciendo PhotoAlicante una gran labor en cuanto a la publicidad del evento. Esto es un gran logro para una ciudad como Alicante, sin apenas iniciativas culturales, pero no es un festival. La diferencia con PhotoEspaña está en que este festival nacional marca las dinámicas para profundizar en los diferentes registros y evolución de la fotografía, estimulando la creación con premios, la proyección nacional e internacional, a partir de una selección propia, rigurosa y competitiva, con proyectos independientes pero en confluencia... Evidentemente es casi un milagro que algo se geste sin medios, PhotoAlicante da la apariencia de gran festival, por la simultaneidad de actos, como gran proyecto cultural en la ciudad, pero si rascamos vemos su precariedad económica y de gestión. Así en la Lonja del Pescado, en el marco de PhotoAlicante, nos encontramos con una propuesta fotográfica, organizada y patrocinada por el Consorcio de Museos, en la sala B, con folleto, y otra exposición colectiva, en la sala A, sin folleto, producto de la selección de PhotoAlicante. Entre dos aguas, sala B, nos muestra la confrontación entre diferentes espacios, países, ciudades, La Habana, Miami, Valencia, nos habla de la identidad de personajes y situaciones, valorando el contraste que se establece necesariamente con el espectador dentro de unos mismos registros sociales, humildes, populares, la calle, el escaparate. El mar como espacio común que une y separa familias, amigos, por la emigración que configura la historia de nuestro país. El montaje de la exposición evidencia claramente que no se ha creado para este espacio. Exposición que viene de Castellón y Valencia y que, como propia del Consorcio, es la única que tiene itinerancia, que no tienen las otras exposiciones del evento.

PhotoAlicante se tiene que reducir a lo que le imponen las distintas instituciones que participan, al no tener medios para un comisariado que pueda establecer las pautas y criterios de un festival. Extrapolar el modelo de PhotoEspaña a Alicante es una buena idea, pero las condiciones limitan notablemente su proyecto. No se hace cultura que trascienda sin dinero.

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