Una de las compañías más veteranas de nuestra Comunidad, Taules Teatre, de Pinoso, emocionó a los espectadores que se dieron cita el viernes en el Arniches de Alicante. La comedia dramática ?Y sin embargo te quiero acoge el título de una famosa copla y representa una entrañable historia de amistad entre dos mujeres de muy distinta posición social. La señorita, hija de un rico hacendado, y la criada, papeles que asumen Patricia Vela y Natalia Bravo, respectivamente. Mundos opuestos pero unidos por encima de los choques o de las diferencias de clases. Ambas actrices interpretan los estados anímicos que las escenas exigen para sintonizar con cualquier espectador. La música en directo del pianista Guillermo Mondéjar afianza las intenciones de esta obra de Miguel Murillo, dirigida con la necesaria sensibilidad por José Antonio Pérez Fresco. Una pieza sencilla y unos personajes que se dirigen directamente al público en ocasiones y que desgranan los sabores agridulces, bien equilibrados, de un plato tierno, sentimental y melancólico. El paso del tiempo y las huellas de la memoria se dejan ver en las situaciones. Después de cuarenta años de exilio en Francia tras la Guerra Civil, que no se menciona de ese modo para dar a entender que se habla de las consecuencias de los conflictos bélicos, la hija del lechero vuelve. Y así arranca la obra. Frena, da marcha atrás y se expone la vida infeliz de la joven rica, pese a tenerlo todo, y el estrecho vínculo que las une a la hora de compartir malestares, canciones o bailes. «¡Qué bien cantas!», dijo a Patricia Vela un espectador. Esto se percibe al interpretar La vie en rose o la copla mencionada con la estimable ayuda de las notas musicales de Guillermo Mondéjar. Las protagonistas saben encajar bien los sentimientos de esa convivencia y trasladarlos con soltura, desenfado a veces y sinceridad. Pero también flota un antagonismo, al transcurrir los años, que se supera. Salen a colación los odios, las persecuciones mutuas de los contendientes y la lucha fraticida. Suspiros de España, según el pasodoble. Las distancias ideológicas, el poder de la fraternidad y las ganas de cambio. Bello ejemplo.
