A finales del año pasado, Nadia Thalmann, profesora de la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur, presentaba a Nadine. ¿Y quién es?, se preguntarán. Más bien, qué es: se trata de un robot humanoide, de piel suave, capaz de reflejar estados de ánimo y emociones y que puede ser usado como compañero para niños... o para cuidar ancianos con demencia. La cuestión, por tanto, ya no es cuántos puestos de trabajo se eliminarán con la robotización y la automatización de procesos en multitud de sectores (lo que generará un aumento de la productividad, que hará menos necesaria la demanda de trabajo, salvo la muy cualificada), si no cuándo. Y una consecuencia, más preocupante: ¿qué puede hacerse ante el exceso de oferta laboral que provocará la dinámica anterior?

Algunos economistas (y países, como Finlandia o el estado canadiense de Ontario) apuestan ya por pagar una renta básica a todos sus habitantes, independientemente de sus ingresos. Con este incentivo (también denominado impuesto negativo sobre la renta), se consiguen ventajas como eliminar la burocracia ligada a la concesión de subsidios y, a largo plazo, puede limitarse el impacto negativo de la robotización (especialmente, entre las personas de media y baja cualificación, de difícil inserción en un mercado laboral con muchas tareas automatizadas).

Los inconvenientes también existen (uno de ellos, fijar que el umbral de dicha renta no sea lo suficientemente alto como para disuadir de la búsqueda de empleo y vivir a expensas de los que sí trabajarían). Por tanto, más allá de peleas por la constitución de un gobierno de un color u otro, va siendo hora de introducir estas trascendentales cuestiones entre la opinión pública.

CÓMO LO VEN. BBC Mundo destacaba el acuerdo alcanzado entre la Unión Europea (UE) y Turquía, para tratar de solventar la cada vez más grave crisis de los refugiados (a raíz de la guerra en Siria). Según el pacto, la UE devolverá a Turquía a todos los inmigrantes irregulares que logren llegar a Grecia. A cambio, las autoridades turcas han demandado más fondos para afrontar con garantías la situación, además de lograr pasos firmes para una mayor integración del país en el bloque comunitario.

Reuters señalaba que el multimillonario ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, no competirá en una candidatura independiente para lograr la Presidencia de EEUU, en noviembre. La razón es que, en caso de hacerlo, la división del voto en tres bloques (el suyo, los Demócratas y los Republicanos) podría incrementar las opciones de alguno de los dos aspirantes más controvertidos del bando opositor actual, Donald Trump o Ted Cruz.

CÓMO NOS VEN. The Irish Times apuntaba que España está en un claro «limbo» político, cuando han pasado casi tres meses desde la celebración de las elecciones. La investidura fracasada del socialista Pedro Sánchez ha ahondado las divisiones entre los cuatro principales partidos del país y todo parece indicar que nos hallamos en un largo período de precampaña, a no ser que un acuerdo de última hora (antes del tres de mayo) evite una nueva convocatoria electoral.

Precisamente, Newsweek aludía a las crecientes divisiones existentes en el partido anti-austeridad Podemos. Esencialmente, vendrían marcadas por las discrepancias entre el líder de la formación, Pablo Iglesias (partidario de una línea dura de enfrentamiento con el PSOE, mientras no rompa su bloque de gobierno con C's) y su número dos, Íñigo Errejón, defensor de mantener las líneas abiertas, en aras de lograr un pacto de izquierdas con los socialistas.

QUÉ SE CUECE. elmundo.es apuntaba inminentes cambios en la legislación británica, que permitirán a la BBC cobrar cuotas de hasta 190 euros anuales para poder ver sus programas, sea a través de tabletas o de smartphones. Así lo anunció el secretario de Estado para la Cultura (equivalente a ministro), John Whittingdale, con el objetivo de cerrar un «agujero» legislativo (que permite acceder a los contenidos de la cadena a quienes no pagan licencia de televisión, a través de los citados dispositivos móviles).

Crónica Global se hacía eco de los resultados de una encuesta elaborada por el Centro de Investigaciones Sociológicas, donde apuntaba que la red social Facebook era la preferida por la mayoría de los españoles (hasta el 91.5%), muy por delante de Twitter (apenas un 3.8%). No obstante, una buena parte de ellos (el 41.5%) solo la utiliza para leer y «curiosear» lo que otros publican, ya que no escriben absolutamente nada.