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Marc Llorente

Apuntes afilados

Marc Llorente

¡Que se besen!

La historia interminable sigue en pie. Se desbloquea aparentemente y se vuelve a bloquear como estaba previsto. No existen posibilidades de alcanzar un sólido y más amplio acuerdo, sea por el pasillo de la derecha o de la izquierda, y el combate nulo del candidato socialista, con el perfume del mestizaje de la marca Rivera, impone su tesis.

El cambio, o quizá recambio de los héroes de este culebrón por entregas, no tiene las adhesiones deseadas por estos dos hombres que gritan «¡No nos mires, únete!». Nuestro Rajoy en funciones no funciona ni se espera que funcione. Pretende besar a Sánchez, bien en los labios o en la mejilla. Pero éste no se deja seducir por el cantaor Mariano.

Apoyándose en la guitarra flamenca del portavoz Hernando, lanza quejíos e interpreta una soléa. La soledad del corredor en el circuito mañanero de Moncloa y en el ámbito de un paisaje político que le exige coger el petate y correr. Rajoy guiña el ojo para ocultar algo. Y tiene mucha razón cuando tiene lapsus: «Lo que nosotros hemos hecho, cosa que no hizo usted, es engañar a la gente», dijo refiriéndose a Pedro Sánchez.

El beso radical lo protagonizaron Iglesias y su colega Xavi Domènech ante De Guindos. «Perdónalos, Señor, porque no saben lo que hacen», pudo decir el ministro con los brazos en cruz y mirando al techo agujereado por las balas golpistas del 23-F. Pablito deja el frac de los Goya en el perchero y se coloca el mono habitual de trabajo. En mangas de camisa, que no es nueva. El traje de hacer la guerra y no el amor.

Las ondas gravitacionales de Iglesias ponen morados a los socialistas y al borde de un ataque de nervios. El mosquito tigre del «Sí se puede» pica poniendo en órbita la sobreactuación un tanto cóncava e infantil de la factoría Podemos, la «tabla de salvación» de Mariano, según Sánchez, quien besa el 80% del programa de Albert.

El pacto imposible para un gobierno plural al servicio de la insatisfecha ciudadanía. Carmena, en su contradictorio teatrillo, indica que se besen. PSOE y Podemos. Visto el asunto, no es la salida para no subir al tren de nuevas elecciones y no volver a empezar.

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