Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Sempere

Nuestro cine está malito

El cine español está malito. Suele entrarle el virus cada inicio de temporada. Y le cuesta, vaya si le cuesta arrancar. En lo que va de año, de hecho, todavía no ha dicho «aquí estoy yo», y sus seguidores seguimos, entre desolados y cabizbajos, esperando que se obre el milagro. Da la impresión de que el año cinematográfico español va a inaugurarse, por fin, este fin de semana. Calparsoro y sus Cien años de perdón no nos puede fallar. Domina los resortes del cine de género como pocos. Las presencias de Tosar y de Coronado, junto al resto del elenco argentino, pintan muy bien. Pero estamos tan resentidos, y hemos sufrido tanta decepción, que hasta que no lo veamos, no lo creeremos. Hasta que la disfrutemos, no nos atreveremos a decir ni una palabra.

¿No habíamos quedado en que la televisión había sentado muy bien el cine? ¿No nos llenamos la boca argumentando que las sinergias entre las televisiones y las productoras era lo mejor que le podía haber pasado a nuestra industria? Pues va a ser que no. Buena parte de la culpa de que el cine español visto, estrenado, distribuido y publicitado durante lo que va de año haya sido tan malo, la tienen precisamente las televisiones. Que apoyan, impulsan, catapultan y difunden proyectos que tal vez nunca debieran ver la luz. Comenzamos el año con Incidencias, y con Embarazados, dos películas que sospechosamente procedían del año anterior y fueron aplazadas durante largo tiempo. Más tarde vimos La corona partida, una tv movie pura y dura. Y por fin, en cuarto lugar, llegó Tenemos que hablar, producida por esa cadena que dice contribuir a la Cultura Europea. Con un par. En mayúsculas. Lo cierto es que en dos de las cuatro películas estrenadas durante las 9 primeras semanas de este año, es decir, en la mitad de ellas, aparecía Ernesto Sevilla. Algo en absoluto peyorativo. Resulta que las intervenciones de Sevilla fueron lo mejor de las cintas. Lo que las salvaba de la quema. Y esta es la cruda realidad. Lo demás es literatura y exageración.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats