La presencia de los plurales medios de comunicación en la vida cotidiana de la gente resulta abrumadora. Plurales, televisión, radio, internet... El móvil se ha convertido en otro medio de comunicación; un amigo nos comunica un acontecimiento que se ha producido hace cinco minutos. Gutenberg ni sospechó lo que estaba haciendo cuando inventó la imprenta. Editó 180 ejemplares de la Biblia -1.282 páginas-, un texto que era celosamente custodiado por la jerarquía eclesiástica, encargada de interpretar y administrar la palabra de Dios. Gutenberg posiblemente no se dio cuenta que los textos sagrados tan celosamente vigilados comenzaron a ser interpretados de diversas maneras, facilitando el cisma que se producirá posteriormente en el mundo germano.

Cinco siglos después vivimos inmersos en una lluvia ininterrumpida de informaciones y si no se tiene una preparación previa, un cierto nivel de conocimiento, el destinatario de esta avalancha puede pensar ingenuamente que sabe qué está pasando. En internet, por ejemplo, un acontecimiento, un hecho, puede ser explicado de las maneras más contradictorias. La televisión: según el canal es la información que se recibe. Y la televisión tiene prestigio: es común oír el comentario de «lo vi por televisión». Muchas personas, por falta de tiempo o porque se fían incondicionalmente de algún medio, nunca contrasta la información.

Es paradójico que sea tan fácil informarse y al mismo tiempo hay que hacer un esfuerzo especial. Todos los días aparece una información que «manda» pero al otro día es una distinta, y lo que el lunes era tan importante el jueves no se recuerda, el tema ha desaparecido. Hay que destacar también que muchos medios llaman la atención con los titulares y no pocas personas se limitan a formarse una opinión influenciadas por las letras grandes y las fotos, que no pocas veces no reflejan el contenido del texto. Hay que llamar la atención.

Muchos medios se promocionan como independientes y, naturalmente, todo medio importante depende de una empresa y además de la publicidad. No es fácil mantener un equilibrio, la objetividad, diferenciar la información de la opinión, no es imposible.