¡No me lo puedo creer!. El viernes pasado, alguien -de cuyo nombre no quiero acordarme, como dice Miguel de Cervantes, aunque él se refería a un lugar de La Mancha-, y con ánimo de insultar, como otras veces, me llamó «loco neurótico». ¡Gracias, muchas gracias por considerarme un «loco neurótico", porque, seguramente sin pretenderlo, ese alguien -insisto que no me apetece acordarme de su nombre- me ha comparado con gente muy ilustre y reconocida, aunque no reúno méritos para ser mínimamente como ellos; vamos que no les llego a la suela del zapato!. A saber, están considerados «locos neuróticos», entre otros, el pintor Van Gogh, la escritora Virginia Woolf, el actor Robin Williams, el cantante y «rey del pop» Michael Jackson o nuestro Salvador Dalí.

Siempre, tal vez por deformación profesional, me ha gustado saber cosas sobre determinados conceptos. Por eso -maldita la hora en la que lo hice, porque mi gozo se fue por el sumidero- acudí al diccionario y leí que los «síntomas» de la «locura neurótica», que es algo que, al parecer, se estudia en Psicología, son depresión, ansiedad, sensación de soledad, celos excesivos y dificultad para concentrarse, además de un trastorno del afecto. ¡Me cago en la leche, chatín!, como diría el veterano actor Arturo Fernández. Según la Organización Mundial de la Salud, la locura neurótica la padecen, sobre todo, las mujeres. ¡Hala; todo a la mierda, porque no tengo depresión, ni ansiedad, ni sensación de soledad, ni celos excesivos -en todo caso no más que la media nacional-, ni problemas para concentrarme ni trastorno del afecto, pero sobre todo -salvo que, como Santa Teresa de Ávila, «viva sin vivir en mí», es decir en un cuerpo que no me corresponda- ¡no soy mujer!.

¡No para aquí la cosa!, porque la misma persona asegura que también soy un «miserable», por las cosas que digo y como las digo. ¡Otra vez al diccionario!. Y, según la Real Academia de la Lengua, «miserable» significa ser «desgraciado e infeliz», «que intenta gastar menos de lo que puede permitirse», «que es muy pobre y está necesitado de la ayuda económica de los demás». ¡Otro chasco; me cago encima!. ¡Vamos por partes, que diría Jack «El Destripador»!. No me considero desgraciado e infeliz, no suelo tirar las pocas o muchas «perricas» que pueda tener, aunque Angelita, mi madre, asegura que tengo un «agujero en la mano» -¡vamos, que soy un manirroto!-, y creo que he «currao» un huevo y parte del otro para, ahora, no tener que depender económicamente de los demás; por lo menos -que yo recuerde- no he «pegao» ningún sablazo en «toa» mi vida, os lo prometo; es más, hay quien considera que, en cuestión de dinero, soy más bien desprendido. ¡Perdón; la única vez que he «pedío» perras -y tampoco es así- ha sido para «patrocinar/financiar» la publicación del libro que he escrito y que presentaré en breve!.

Así las cosas, pienso que siempre será mejor ser un «loco neurótico» -sinónimo de genio, aunque no me considero acreedor a tal consideración-, que un «loco destalentao», «desorejao», «descamisao» o «descerebrao» que hace cosas sin sentido, aún a sabiendas de que lo que hace o dice está mal y por las que luego habrá de disculparse, aunque si eso pasa en la vida pública, te dan por «retambufa» -por detrás- más pronto que tarde. ¿Qué os ponga ejemplos?. Mirad, el mejor de ellos -ejemplo- es lo que considero como una «patochá», la que va a escenificar hoy Pedrito Sánchez, que sabe que no tiene los apoyos para ser el «jefe del corral» y, sin embargo, va tirarse a una piscina sin agua o desde un avión sin paracaídas. Por cierto, las negociaciones entre el PSOE y Podemos han sido como esa «coplica» de Pimpinela: «¿Quién es?/soy yo?¿qué vienes a buscar?/a ti?ya es tarde?¿por qué?/porque ahora soy yo la quiere estar sin ti/por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mi casa y pega la vuelta?.». El coletas Iglesias está despechado y la puede liar, porque Perico le ha puesto los cuernos encamándose con Rivera y le ha quitado lo que considera «suyo». Lo que no sabe el Sánchez es que, si llega a "ca la Moncloa", el "catalino", con disfraz de español, le va a tener "cogío" por los huevos "pa siempre, no pa un rato; pa siempre", como diría José Mota.

Pero a los oriolanos no nos pilla por sorpresa ese tipo de «historias para no dormir» (Chicho Ibáñez Serrador), porque en la Casona de la Esquina del Pavo pasa lo mismo, pero con distinta pareja de baile -en este caso PP-, aunque quienes ponen la letra y la música son los mismos, C's. Y en mi pueblo natal, Cox, el alcalde, también «ciudadano», la «liao» con una casa «ilegal» que ha construido su suegro en solar rustico que, según cuentan, es suyo. ¡Menos mal, «sosio», que prometiste un Ayuntamiento de cristal -transparente-, pero lo que no dijiste es que era de cristal «esmerilao»!. Lo dicho, ¡más vale ser un «loco neurótico» que un «loco destalentao»!. Ayer fue el Día Mundial de las Enfermedades Raras, de las que hay 7000 censadas, y la de «loco neurótico» no lo es. ¡Estoy tranquilo!.