Lo ha dicho el director de Viaje al centro de la tele, Pedro Santos, y lo apoyamos plenamente. Es una verdadera pena que los espectadores no tengan acceso a los programas completos del archivo. Lo que muestra el programa, que va por su quinta temporada de estreno, aunque se haya repetido en innumerables ocasiones, es un pequeño picoteo de imágenes, cortes de apenas tres segundos para componer un puzzle frenético. Pero el tesoro permanece, al completo, intacto.
Lo que viene mostrando la web de rtve no es más que la punta del iceberg. Pero queda mucho material inédito. Existen centenares de programas de los que no se ha colgado ni siquiera una de sus entregas. Cuando algunos de ellos son de visita obligada para comprender como fue la España de otras épocas. Tal es el caso de las obras completas de Fernando García Tola. Su «integral» debía haber sido una de las primeras en subirse a la red.
Es verdad que en el apartado documental sí se han hecho los deberes. En la actualidad hay tantas horas colgadas en la web que necesitaríamos muchos años sabáticos, uno tras otro, para visionar todos los contenidos. Pero resulta chocante que no se haya obrado igual con otros formatos que cuentan con idéntico valor sociológico. Numerosos magacines añejos que dicen, tantísimo, sobre lo que fuimos.
Por un lado está el archivo, los contenidos en la web. Por otro, está la emisión pura y dura. Tanto con ocasión de los 40 años de TVE como con motivo del cincuentenario, las parrillas acogieron numerosos programas añejos. Sucedió primero en La 2 y diez años después en el extinto Canal 50 Años. Sería todo un detalle que ahora que se nos ha echado encima el 60 aniversario hiciésemos lo propio. Dadas las circunstancias, y sin temor a exagerar, viendo programas antiguos seguro que saldríamos ganando en el cambio.
