Las malas noticias económicas no dejan de producirse, ahora le toca el turno a la libra esterlina, que sigue depreciándose ante la incertidumbre que supone la convocatoria de un referéndum para decidir si el Reino Unido abandona la UE, el llamado «Brexit». Mientras tanto, en España nuestros políticos siguen con sus funciones teatrales día sí y al otro también.

Si la libra sigue cayendo nuestro sector turístico y residencial lo notará sensiblemente y nuestras exportaciones a Inglaterra también. Por lo contrario, los que deseen estudiar en Londres este verano lo tendrán más fácil, ya que podrán practicar el inglés mientras salen de compras. Si a todo esto le unimos que el crudo sigue bajando, que nuestras exportaciones se resienten por ello, y que los capitales se esfuman hacia el dólar, nos espera para los próximos meses un panorama de lo más complicado.

Pues bien, a pesar de todo ello parece que la situación económica no preocupa a los dirigentes del PSOE, del PP y de Podemos o Ciudadanos, que siguen con su particular batalla de egos, ensayando papeles de comedia y practicando el equilibrio del miedo, del que ya advirtió Nash que era un juego de estrategia pensado para adultos. Nótese que no hemos nombrado a las demás fuerzas políticas, irrelevantes para el caso, donde el juego es a tres y donde tres pueden sacar ventajas si cooperan. ¿Qué tres fuerzas sacarían ventajas si cooperasen? Pues sin lugar a dudas, PP, PSOE y Ciudadanos. Podemos se excluyó del juego en el mismo momento en que enseñó sus cartas. Es decir, cuando quiso obtener una mayor ventaja (Vicepresidencia, CNI, CIS, BOE).

Pero no, de momento no cooperan, más bien teatralizan una comedia de enredos que lleva al espectador a no entender nada de lo que está pasando. Vaya fraude que se está cometiendo a los ciudadanos españoles, que no se merecen tener que mantener a esta clase de políticos incompetentes donde una significativa representación de los mismos se dedica al expolio o al mantente mientras cobro.

De todas formas, y siguiendo la lógica del poder, continuamos estando convencidos que no se celebrarán nuevas elecciones y que antes de que suene la campana PP, PSOE y Ciudadanos pactarán un Gobierno de coalición sin Rajoy ni Sánchez al frente de sus partidos. Un Gobierno formado por políticos centristas de los tres partidos y con un programa de reformas ambicioso que ofrezca estabilidad, crecimiento y lealtad a las políticas que vienen de la UE.

Es verdad que se habrá perdido un tiempo precioso que costará recuperar, por eso no podemos estar de acuerdo en que la crisis ha sido superada, tal y como manifiestan algunos colegas. La crisis todavía está ahí, en Alicante, en España y en otros muchos países, y se manifiesta diariamente en las bolsas, en el mercado de divisas, en la caída del crecimiento global, en las crisis geopolíticas, en el cambio climático, en las desigualdades sociales y económicas, en el «Brexit», en el «Grexit» y en todos los «exits» que podamos imaginar.

El desempleo que soportamos, la deuda que nos ahoga, los desequilibrios presupuestarios, la corrupción política y económica, y el mal juego en el equilibrio del miedo, son ingredientes hispánicos añadidos.