La movilización llevada a cabo el pasado miércoles por los comerciantes y hosteleros del centro de Alcoy ha puesto sobre la mesa la preocupación que vive el sector por su futuro, y también un desencuentro con los gestores municipales. Por un lado, a los protagonistas de la protesta les asiste la razón en la práctica totalidad de sus reivindicaciones, aunque también es cierto que podrían hacer algo más, por ejemplo, en lo que respecta a las aperturas los fines de semana. Por el otro, el gobierno municipal ha llevado a cabo numerosas acciones buscando la revitalización de la zona, pero seguro que hay más medidas que se pueden emprender para facilitar la actividad económica. En cualquier caso, ambas partes están obligadas a entenderse, porque no está en juego sólo el futuro de un sector, sino el de todo un casco antiguo.
