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Marc Llorente

Rutinario montaje

El Principal acogió La Bohème, de Puccini, por el Teatro de Ópera Nacional de Moldavia

La Bohème

Teatro Principal de Alicante

De Puccini.

Compañía: Teatro de Ópera Nacional de Moldavia.

Esta ópera, una de las más destacadas, se estrenó en 1896 y nos sitúa en el París de 1830. En ella sobresalen el instinto teatral de Giacomo Puccini y sus hallazgos melódicos al servicio de una mejor caracterización del ambiente, hecho habitual en las partituras operísticas del último compositor del bel canto italiano. Los sentimientos transitan en las notas musicales y en las situaciones de esta producción de Concerlírica Internacional con la dirección artística de L. G. Artist Management. La necesidad creadora de Puccini acoge lo poético de las pequeñas cosas. El más importante después de Verdi y el más inspirado de la tradición verista. Muestra las pasiones, sin ser un innovador, con un lenguaje descriptivo de amplia riqueza lírica, como así lo captaron los espectadores que acudieron al Principal de Alicante. El posromanticismo de La Bohème, cuyo libreto, de G. Giacosa y L. Illica, se inspiró en el folletín Escenas de la vida bohemia, de Henri Murger, airea el amor y los amores contrariados que conducen a un emotivo final con acento trágico. Unos personajes, ante los problemas y placeres de la realidad cotidiana, y un entorno inéditos en la ópera hasta entonces. Y una pareja, Mimí y Rodolfo, de las más apreciadas. El tenor madrileño Miguel Borrallo es el poeta con su limitada voz. Sube y baja de nivel sin redondear las jugadas. Él y la soprano Rodica Picirenau forman el dúo amoroso con los golpes del destino. Ella tiene un brillante poder vocal muy bien moldeado y con gran proyección. El barítono Vlasdislav Lysak (el pintor) dispone de una sólida tesitura con graves ligeros y bella resonancia. La soprano Anastasia Golub (Musetta) realiza su labor dignamente. El bajo Iurie Maimescu (el filósofo) da muestras de su vigorosa sonoridad. El barítono venezolano Pedro Carrillo (el músico) no llega cuando le toca, y el coro de la Ópera Nacional de Moldavia ofrece vigor en la animosa y bien coordinada escena del barrio latino.

La orquesta, dirigida por Nicolae Dohotaru, pone su aliento en este convencional montaje. Uno más.

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