Amigo y compañero David Cerdán, como siempre que se publica algo tuyo, intento leerlo con atención y profundidad. Y esta vez, te aseguro que he tenido que consultar con la almohada durante dos noches antes de decidirme a darte mi opinión. Otro punto de vista? que, al fin y al cabo, como procede de un ex, ya caduco, tampoco es de relevancia.

Pero precisamente por esto, por lo de ex, me he decido a dar mi opinión a la vista de tantos ex, mucho más importantes y a los que se les supone muchísimo más inteligencia y cordura , que, día sí y otro también sacan los pies del tiesto, bajo mi humilde punto de vista.

Mira, fui, soy, y espero lo seré hasta la tumba, totalmente contrario a las Diputaciones Provinciales. Si ya lo fui cuando en este mi país llamado España atábamos los perros con longanizas, cómo no lo voy a ser hoy, con cinco millones de parados, con un estado del bienestar completamente aniquilado, con unos servicios mínimos y básicos arrasados, con unos ciudadanos tan despistados en temas políticos que aún existen miles de trabajadores que siguen y van a seguir votando al PP? Pues bien, mi razonamiento es muy sencillo, simple y vulgar, como corresponde a una persona normal de pueblo: este país, repito, España, ha sido y sigue siendo pobre. Sin materias primas, con una agricultura arruinada y desamparada, con una industria por los suelos que vivió una burbuja que ha aniquilado a los valientes autoempresarios que quedaban, con un boom urbanístico de manda güevos, y muchas más cosas in-nombrables. Bien, ante todo este panorama y las perspectivas que se intuyen, ¿queréis decirme como podemos permitirnos: un gobierno central -que incluye un Senado de vergüenza-, 17 gobiernos autonómicos, más de 50 gobiernos provinciales, más de 8.000 locales -dejados de la mano de todos los todopoderosos- y algunos más mancomunados? Al igual que no entiendo cómo un/a asalariado/a, un/a pensionista, un/a estudiante no hijo de papá, vota a la derecha, tampoco puedo entender como un/a afiliado/a a cualquiera de los partidos de izquierda, sean partidarios de dos administraciones totalmente obsoletas, nido y refugio de jarrones chinos y mamandurrios como son las Diputaciones y el Senado. Convencedme que sois los que veláis por los pequeños pueblos, que sin las Dipus, se verían solos y desamparados. Dame razones para que entienda que no puede existir otro sistema de financiación local mucho más acorde con sus necesidades, más justa, más honesta, que no dependa de la subvención-chantaje del gobierno de turno de la Diputación. O, ¿es que somos tan cortos de entendederas que no vemos qué administraciones son las que más necesidades tienen, las que mejor saben cuáles son sus necesidades reales y básicas tienen, las que sufren y gozan de la proximidad de sus vecinos? Y más. Y muchísimo más. En fin, pero como te digo es una opinión de un ex que ya ni cuenta para nada. Pero que le jod..., perdón que le fastidia mucho ver cómo más de cuarenta años en mi partido sigo asistiendo a un espectáculo nunca imaginable dentro del mismo. Y es que los de mi generación admirábamos y a veces idolatrábamos a aquellos ancianos que tuvieron la valentía de guardar para nosotros unos ideales socialistas. Por todo lo demás, completamente de acuerdo con tu artículo.