El Hércules empezó demasiado temeroso el partido ante un Barcelona B renovado pero que era vulnerable también. Los blanquiazules debieron presionar más y mejor de inicio. Aún así en el partido no estaba pasando nada hasta que Perea marcó el 0-1 con un lanzamiento de falta de manera magistral. El filial ya tenía el partido donde quería y a partir de ahí llegaron 20 minutos realmente escalofriantes del árbitro. Los jugadores del Barcelona B le protestaban levantando los brazos delante de su cara pero las tarjetas eran todas para el Hércules. Eso desquició al equipo local en mi opinión. Y después llegó la jugada desgraciada del 0-2 en un córner envenenado por el viento que acabó con gol en propia puerta de Nieto tras la prolongación de Chechu.

Impotencia. En el segundo tiempo volvió el «tiqui-tiqui» mentiroso a 60 metros de la portería, que después fue a 30 porque el filial quiso. No puede ser que el Hércules juegue 35 minutos con uno más en el Rico Pérez y sea incapaz de rematar con peligro ni una sola vez. Los centros eran sin niguna convicción y los rematadores no aparecían por ningún lado. Eso ya lo hemos visto demasiadas veces esta temporada. El Hércules debe intentar otras maneras de hacer daño si los centros por bandas son estériles.