Conservar el patrimonio industrial, atraer empresas tecnológicas que generen empleo de calidad y dotar a San Vicente del Raspeig de nuevas zonas verdes e instalaciones deportivas y culturales para los vecinos. Estos tres objetivos se conjugan a la perfección en el proyecto defendido por el Partido Popular para reconvertir la antigua cementera en el Parque de la Innovación, una actuación estratégica para nuestro municipio a medio y largo plazo.

Así lo creemos y así lo defendimos en el pleno de la pasada semana a través de una moción que, finalmente, retiramos tras comprobar durante el debate que el cuatripartito no estaba dispuesto a apoyarla. Lo hicimos porque creemos que se trata de un proyecto estratégico para San Vicente que debe ser aprobado con el mayor consenso posible, al margen de siglas y de quien gobierne en cada momento. Seguiremos insistiendo en esta propuesta y trabajando para lograrlo porque pensamos, sencillamente, que es bueno para San Vicente.

¿Por qué un parque tecnológico? San Vicente, por su ubicación estratégica y su vocación de ciudad universitaria, tiene un potencial enorme para acoger un parque tecnológico. La Universidad de Alicante ya cuenta con un parque científico ligado a la investigación que podría complementarse con un parque tecnológico que permita la implantación de empresas que generen empleo cualificado. Eso es el Parque de la Innovación (Parque Científico + Parque Tecnológico) que el Partido Popular propone ubicar en la antigua cementera aprovechando las infraestructuras existentes.

¿Por qué ahora? La propuesta del Parque de la Innovación ni es nueva ni es ninguna ocurrencia. El Partido Popular ya la contempló en el avance del Plan General elaborado en la pasada legislatura y la incluimos en nuestro programa electoral para los próximos años. Ahora es el momento de impulsar este proyecto que permita frenar el deterioro de los elementos de la cementera que fueron incluidos en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos que aprobó el PP, como son los hornos, los silos, la chimenea, el pabellón de trabajadores, el laboratorio o las oficinas centrales.

Por otro lado, los presupuestos de la Universidad ya contemplan la urbanización de los viales circundantes a los edificios del parque científico, cuyas obras está previsto desarrollar durante el presente ejercicio. Tras esto llega el momento de elegir entre construir edificios de nueva planta o adquirir el recinto de la cementera e intervenir en la rehabilitación de edificios existentes, dándoles un nuevo uso.

¿Qué usos tendría? El proyecto del Parque de la Innovación prevé un uso industrial y tecnológico, ya que en sus edificios podría acoger alguna de las empresas que previamente han pasado por el Vivero Municipal u otras de base tecnológica vinculadas a la Universidad que necesitan mayor espacio para su desarrollo. También se proponen usos dotacionales, zonas verdes, instalaciones deportivas, museos, equipamientos, viarios y aparcamientos, todo ello para uso y disfrute de los vecinos. ¿Por qué no seguir en San Vicente el modelo de éxito que supuso la recuperación como espacio público de antiguas infraestructuras industriales como se ha hecho en otras ciudades?

¿Qué papel juega Cemex? Sin duda es un actor importante dentro de la actuación, dado que en la actualidad es la propietaria de las instalaciones. A semejanza de actuaciones similares como es el caso del Parque Científico de la Universidad, se podría alcanzar un acuerdo entre la propiedad y el Ayuntamiento tras una rigurosa valoración por parte de los técnicos municipales. En caso de desacuerdo, y al considerarse un proyecto estratégico para la Administración, se dispone igualmente de instrumentos para la adquisición de dicho suelo.

¿Es una obra faraónica? En absoluto. Todo lo contrario. La propuesta del Parque de la Innovación pasa por rehabilitar las edificaciones existentes en la cementera, conservando adecuadamente los elementos protegidos y con una inversión menor que construir un parque tecnológico partiendo de la nada. Se trata de un proyecto viable fruto de la colaboración público-privada, que tiene que liderar la Generalitat, ligado a la Universidad y la colaboración del Ayuntamiento. La implantación de empresas vendría dada, una vez puestos los espacios a su disposición, por la adquisición, alquiler o alquiler con opción a compra de los edificios que fruto de un programa de usos se establezca.

¿A quién beneficia? La cementera de San Vicente es un espacio de oportunidades. Lo es para la Universidad, que ya está en condiciones de abordar la creación de un parque tecnológico vinculado a su parque científico. Lo es para las empresas tecnológicas, que necesitan espacios donde desarrollar su actividad y crear empleo. Lo es para el Ayuntamiento, que podrá garantizar la adecuada conservación de los edificios protegidos. Y, por supuesto, lo es para los sanvicenteros, que podrán disfrutar de nuevas zonas verdes, instalaciones deportivas y de ocio. Carece de justificación alguna que, por una cuestión de siglas, San Vicente renuncie a convertir la cementera en un complejo sostenible, altamente tecnológico y socialmente conciliable.