De la Fiesta y, de paso, de la Nación Española, porque hay que ver qué de aconteceres se dan cita, la Historia testigo fiel es de aconteceres en que la mala «salud» se cernió amenazante sobre el toreo y sobre el cotidiano devenir de la cosa pública. Muchos palos se han ido poniendo, y no cesan de ponerse, en las ruedas del toreo, atacado por inmisericorde empeño de «cuantipartitos», al socaire de trémulas excusas de irracionales amores, sin parar en mientes en que el arte del toreo secular tradición es, hondamente asentada en el carácter de amplio espectro de los españoles. Apenas unos irrisorios «éxitos» de algunos ayuntamientos, que no tienen en cuenta que la Tauromaquia, mal que les pese, de realidad cultural disfruta según determinación tanto del Ministerio correspondiente como por decisión congresual. ¿Pasa algo? De paso, la tropa del «cambio» y del «progreso», la misma cantinela de siempre, anzuelo para crédulos de fácil conformar, se afana en confundir el neutral término «aconfesional», con ese otro de la beligerante «laicidad». Un horror, sí. Mala salud de hierro... Así, sin echar en olvido que la Fiesta precisa profunda revisión en emocionante casta poderosa, precios y rivalidades más abiertas, menos «sistema» sería lo saludable, el toro inicia su presencia 2016 a la vez que se ultiman ferias de clásica raigambre. Con el sorprendente toro visto en Valdemorillo, trapíos de muy superior categoría de coso, divisas de Monte la Ermita, formidable en su variado juego, y los santacolomeños de Ana Romero, más complicados. En tanto que Sevilla da luz a su abono anual con la carga central de su muy afamada Feria de abril, ya realizadas las «paces» con las figuras ausentes durante los últimos dos años, excepto la fidelidad contrastada de Manzanares. Feria con notorio acento alicantino ya que, además de las tres tardes del matador, contando el domigo de Resurrección, Andy Cartagena y Manuel Manzanares alternan en la de rejones del 3 de abril. El serial feriado cuenta con 13 corridas de toros, dos más que en años anteriores, y 2 de rejones. Esa mala, salud de hierro...
Morante, tres tardes, y Ponce y Perera una, todas la figuras se anuncian en dos, con las novedades de López Simón, un mano a mano con Castella (el 7, toros de El Pilar) y Roca Rey, así como el local Escribano ante lo de Victorino y Miura, doble gesto; Manzanares, muy bien encartelado, con Ponce y Roca Rey, Juan Pedro Domecq, 9 de abril, y el 14 junto a Castella y José Garrido, ganado de Núñez del Cuvillo. Festacable ese Morante, Urdiales y López Simón, con Jandillas. Mala salud de hierro. Alicante. Febrero.
