El Euribor (acrónimo de Euro Interbank Offered Rate, es decir, tipo europeo de oferta interbancaria) es un índice de referencia publicado diariamente que indica el tipo de interés promedio al que las entidades financieras se ofrecen a prestar dinero en el mercado interbancario del euro (es decir, a otros bancos). Se calcula usando los datos de los 24 principales bancos que operan en Europa, y su valor anual es muy utilizado como referencia para los préstamos bancarios. Se trata, por tanto, de un tipo de interés de mercado y no de un tipo de interés que fije el Banco Central Europeo.

Su valor se actualiza diariamente y en España se publica en el BOE. Se considera un índice muy importante del mercado financiero, ya que el euribor a un año es, entre otras cosas, el tipo oficial de referencia más utilizado para préstamos en España desde el 1 de enero de 2000. Las operaciones formalizadas antes de esa fecha utilizaban como referencia oficial el Mibor a un año, que era el tipo interbancario equivalente para los mercados en pesetas. La mayor parte de las hipotecas con tipos variables se revisan con el Euribor porque este índice registra menores fluctuaciones a lo largo del periodo del préstamo.

Un Euribor en negativo podría suponer un golpe grande a las entidades bancarias de nuestro país, porque la inmensa mayoría de las hipotecas está vinculadas a este indicador. En concreto, cerca del 90% de los créditos para la adquisición de la vivienda lo toma como referencia en las tasas que se aplican a los clientes.

La banca ya está analizando las consecuencias que podría acarrear una caída más acentuada del euribor a doce meses, variable que se utiliza en la mayor parte de las hipotecas, después de que en días pasados se situara en negativo por primera por primera vez en su historia. Si sigue depreciándose podría darse la paradoja de que los bancos tuvieran que pagar por el dinero prestado a los clientes. Tal circunstancia el sector la ve lejana, pero ya está buscando soluciones para que no se convierta en un nuevo escándalo, porque existen dudas sobre la obligación de las entidades a devolver una cantidad.

Parece ser que desde el punto de vista legal no está claro que el sector financiero tenga que pagar por prestar y se abre un controvertido debate colectivo sobre esta cuestión, desde punto de vista jurídico. Sería necesario analizar de manera global un fenómeno como éste ya que para la banca no es sano ni deseable.

Uno de los mayores escándalos en la historia financiera fue sobre la manipulación del Libor que entre los años 2005 y 2010 diversas entidades financieras movían el índice Libor a su conveniencia, influyendo así en tasas hipotecarias, los préstamos estudiantiles, las tarjetas de crédito y transacciones financieras en contratos de futuros, swaps de tipos de interés, swaps de inflación, todo tipo de créditos sindicados, unos activos valorados en 350 billones de dólares. La relevancia del caso recae en una participación mayor al 55% de hipotecas de alto riesgo así como un gran porcentaje de hipotecas suprime, los mas de 15 bancos que participaron en la manipulación de la tasa Libor.

Ahora, podríamos estar ante un escándalo inverso en contra del sector bancario. Y es que estamos viendo que el Euribor a 12 meses, la tasa de interés de referencia destinado a reflejar el coste de los préstamos interbancarios, está cotizando en negativo por primera vez en su historia desde el 5 de febrero. Este escenario absolutamente disparatado se da por el abuso de poder de la autoridad monetaria de la Eurozona, el Banco Central Europeo (BCE) y sus medidas intervencionistas. En el mes de diciembre cabe recordar que el BCE endureció los tipos de intereses de depósito hasta el -0,3% y con los tipos de interés fijados en el 0,05%, el mínimo histórico desde septiembre de 2014. Además, el BCE prolongó la QE (La QE (Quantitative Easing), conocida en español como flexibilización o expansión cuantitativa, es una medida económica o plan de estímulos con el que dotar al sistema económico de liquidez aumentando la cantidad de dinero en circulación) hasta marzo de 2017, que incluirá deuda local y autonómica. Asimismo, la autoridad monetaria podría ampliar la QE en el mes de marzo.

Mientras no haya cambios en materia de política monetaria por parte del BCE en 2016 el euribor podría llegar a finalizar por debajo del 0,1%. Draghi ha repetido en diferentes ocasiones que nos encontraremos en un escenario de tipos bajos durante un largo periodo de tiempo. Esta idea nos plantea un euribor a niveles reducidos durante los próximos años.

Para los inversores experimentados, el Euribor en negativo es un aliciente para buscar negocio más allá de los valores seguros como la deuda pública o los depósitos. Aquí es donde entra en juego el mercado inmobiliario.

Con la recuperación económica, y con el incentivo bancario que supone una tasa en negativo, los inmuebles han recuperado su atractivo como vehículo de inversión por encima de otros productos financieros.