La Unión Europea, a través de su política regional, desde hace años, ha puesto a disposición de sus territorios millones de euros dirigidos a mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos. Así, en el caso de las ciudades españolas de más de 20.000 habitantes, desde noviembre de 2015 hasta el 13 de enero de 2016, han tenido la oportunidad de solicitar financiación al Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) en el ámbito del Desarrollo Urbano Sostenible (Antiguos proyectos URBAN). Para ello, cada municipio debía presentar un documento llamado Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (EDUSI), bien justificado y con planes de actuación concretos a ejecutar en seis años. Dichos planes de actuación podían alcanzar para cada ciudad, 15 millones de euros para las ciudades con más de 50.000 habitantes y 5 millones, en el caso de las ciudades de entre 20.000 y 50.000.

De esta manera, las ciudades que así lo han decidido como Alfafar, Ibi, Calp, L' Alfàs del Pi o Quart de Poblet, han apostado por intentar acceder a la cofinanciación del FEDER cumpliendo con los requisitos que la convocatoria exigía. Una convocatoria que ha evidenciado lo que van a ser las exigencias de la Unión Europea a la hora de otorgar financiación a proyectos de desarrollo territorial. En primer lugar, el carácter geográfico de la palabra desarrollo. A partir de ahora, será necesaria una visión más holística del territorio que integre la escala ambiental, social, económica, cultural y política. En segundo lugar, otro de los valores más importantes que se destacan es la participación ciudadana, a través de conceptos como transparencia, gobernanza o consenso. De este modo, la Unión Europea evidencia que se acabaron los planes estratégicos redactados en la mesa de un despacho y que es el momento en el que los ciudadanos deben decidir sobre el futuro del lugar donde viven. En tercer lugar, la visión a largo plazo. Ya no se habla de proyectos, sino que se habla de estrategias y de la sostenibilidad de las acciones en el tiempo. Por último, es de destacar además otros valores que la Unión Europea pretende alcanzar con sus fondos de inversión, haciendo reflejar los principales cuellos de botella que padecen las ciudades en la Unión Europea como son: la cohesión social, la diversidad y la capacidad de adaptación de las ciudades, la convivencia y la igualdad, el empleo de calidad y la inclusión social, la gestión eficiente de los recursos naturales o la mitigación del cambio climático.

Sin ninguna duda, ésta no ha sido la última convocatoria del FEDER para esta línea. Además, existen otros muchos fondos europeos abarcando un amplio abanico de temáticas que engloban todos los sectores que conforman el territorio. Por lo tanto, es un buen momento para reflexionar y planificar una buena estrategia territorial, de cara al futuro, que contemple las ideas y las voluntades de todos los ciudadanos a la hora de resolver sus propios problemas y además, con la perspectiva de que podrá venir cofinanciada.